EL PRESUPUESTO DEL GOBIERNO VASCO MENOSPRECIA LA ENSEÑANZA PÚBLICA

Siguiendo el ritual de todos los años, el Gobierno Vasco aprobó el pasado 11 de abril el presupuesto para el año 2017 en el ámbito de la educación. Se prevé un gasto de 2.665,4 millones de €, un 2,4 % más que en el ejercicio anterior. “Se trata sin duda de una apuesta clara a favor de la educación” afirmaba satisfecha la Consejera Cristina Uriarte, ya que, de los 126,4 millones de € más que tiene el presupuesto general del Gobierno, supuestamente, casi 62 se destinarán a educación.

Siendo eso cierto, cabe matizar una serie de cuestiones en aras de la objetividad, porque el gasto para educación no llegará este año al nivel de 2009 (habrá 86 millones menos que ese año). En relación al PIB, el gasto continuará su tendencia a la baja y se gastará menos en educación (sólo el 3,82 %). Se necesitarían 7 millones más para no bajar respecto a 2016. Es un nivel de gasto menor que la media estatal, muy inferior al que había antes de los recortes (harían falta 258 millones más para llegar al nivel de gasto de 2010) y, por supuesto, muy lejano del 6 % recomendado: precisaríamos 1.500 millones más para compensar ese déficit estructural

Pero, si seguimos diseccionando el proyecto, sacaremos a la luz otras cuestiones que permanecen ocultas.

En primer lugar, este presupuesto perjudica las condiciones laborales de las y los trabajadores e impone medidas que aplicará el Gobierno Vasco a la plantilla por decreto, pasando por encima de la negociación colectiva: aumento de sueldo del 1 % y recuperación de parte de la paga extraordinaria de 2012. Son patentes las debilidades en este ámbito, que se han convertido en las causas principales de la convocatoria de huelga en la enseñanza pública para los próximos 16 y 23 de mayo.

Así, el proyecto no detendrá la pérdida poder adquisitivo de las y los trabajadores (entre un 11,9 % y un 14,4% desde 2009); mas bien seguirá aumentando, dado que se ha previsto que el IPC suba otro 2% este año. El Gobierno Vasco continuará destruyendo empleo público, porque ni se termina con los recortes en las sustituciones, ni se recupera ninguna medida para fomentar la jubilación anticipada. Tampoco se contemplan fórmulas para aumentar la estabilidad.

En segundo lugar, estos presupuestos convierten en estructurales los recortes que se vienen realizando en el servicio público educativo. Además de a las condiciones laborales de quienes trabajamos en la enseñanza, esas medidas afectan, también, al alumnado y sus familias. El PSE y el PNV las han justificado en base a la política de ajuste que establecieron para hacer frente a la disminución del déficit público y de la recaudación. Pero, aunque la situación económica ha mejorado, esos recortes persisten, y sospechamos que han venido para quedarse. Lo hemos comprobado en cuestiones como el aumento de ratio de alumnos-alumnas, los nuevos criterios de formación de grupos en Formación Profesional o Educación para Adultos, la disminución de los créditos horarios (TIC, Normalización, Dinamización intercultural…) y recortes en necesidades educativas especiales, infraestructuras, formación, Irale…

A nuestro entender, la subida en la partida de personal esconde el aumento real del presupuesto, dado que se lleva la mayor parte de la subida. Si se dejan de lado esos gastos, el presupuesto crece el 1,1 % -28 millones de €- y de ellos, 10 se destina a investigación, un programa que no es propiamente de educación. Y si le aplicamos el IPC de 2016 (1,5%), podríamos afirmar que el dinero destinado a educación va a ha disminuir. Aplicando este criterio, los datos referidos a enseñanza reglada no universitaria son muy significativos:

A pesar de que el presupuesto de Infantil y Primaria crece en 5 millones de €, eso no va a mitigar la pérdida de 2016 (9,6 millones de € menos). Todavía necesitaríamos 60 millones de € para llegar al nivel de gasto de 2010 en esos programas.

-Las partidas para Secundaria y Formación Profesional dispondrán de 11 millones de € más. Con el salto que tuvieron el año pasado (21,6 millones de € más que en 2015), queda claro la apuesta ideológica que se hace a favor de la Formación Profesional. Puede parecer que lo que se le quita a la enseñanza obligatoria, se le da a una Formación Profesional que se quiere construir a medida de la LOMCE y los mercados

Por último, es significativo que el presupuesto de 2017 vaya a destinar menos dinero que en 2016 a la enseñanza pública. Si bien es verdad que -sin contar los gastos de personal- habrá 16 millones de € más en los presupuestos para todos los centros (públicos y privados) en los niveles de Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria y Formación Profesional, también lo es que el Gobierno Vasco va a destinar a la enseñanza privada 25 millones más que el año pasado -633 millones en 2016, 657 en 2017. Esto significa que parte del dinero que se destinó en 2016 a los centros de titularidad pública se desviará en 2017 a la enseñanza privada concertada. En concreto la Administración este año va a destinar 9 millones de € menos a la enseñanza pública. A pesar de la gravedad de este hecho, no nos pilla de sorpresa y viene a confirmar todas nuestras sospechas. De hecho, la mayoría de modificaciones al proyecto de presupuestos que se han aprobado (casi 3 millones de €) han ido a parar a la enseñanza concertada.

Con estos presupuestos es imposible responder a las necesidades de nuestro sistema educativo y, mucho menos, a las de la escuela pública. Para poder garantizar la igualdad educativa, la justicia social, la integración, la cohesión social… es indispensable que la educación pública sea el pilar principal de los presupuestos. Una vez más, PNV,PSE y PP menosprecian la enseñanza pública. Si el Gobierno Vasco quiere apostar por un sistema educativo propio y de calidad, debe poner fin a los recortes y aumentar y garantizar los recursos destinados a la enseñanza pública. Y mientras no sea así, nos tendrá enfrente