¿Quién dijo que Olentzero era un hombre?
Olentzero, Onentzero, Onontzero, Orentzaro, Orantzaro… Diversas denominaciones para designar, en primer lugar, un tiempo y, más exactamente, la nochebuena. Además, según Joxe Miel Barandiaran, designan a Un ser que apareció una Nochebuena en algunas localidades fronterizas entre Navarra y Gipuzkoa. Resulta muy posterior su identificación con Santa Claus o Pantagruel y sus atributos: un carbonero barbudo y glotón, cargado de regalos navideños, que pasea su pipa y sus capones. Hasta le han construído alguna mansión para su plácida residencia. Le faltaría, únicamente, la furgoneta para trasladarse diariamente a su trabajo en la montaña, y para pasear y esquiar cuando toque. Y es que los vascos y vascas guardamos una estrecha relación con la montaña, cuya imagen nos provoca sensaciones bucólicas y, claro está, comerciales y consumistas.
La furgoneta y, evidentemente, la compañía, pues ya dijo Dios en el Libro del Génesis que No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea. Y de la costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y se la llevó al hombre. Y para que Olentzero no estuviera solo, se trajo a otro personaje del imaginario vasco, Mari Domingi, justo en el tiempo que se canta aquello de la Virgen está lavando y tendiendo en el romero… / María, María, ven acá corriendo, que los calzoncillos los están royendo. Los calzoncillos de San José que los ratones están royendo, se sobrentiende. Una pequeña muestra del modelo machista y heterocéntrico en el que se ha integrado a estos personajes.
Esta historia ha funcionado relativamente bien, si no fuera porque, como se ha constatado anteriormente, Olentzero y sus variantes designan un tiempo, además de a un ser, y no, necesariamente, a un gigante mugriento. Es conocido que a Olentzero se la ha caracterizado como mujer y se la viste como tal (aún hoy) en diversos lugares de Euskal Herria. ¿Por qué no puede ser mujer Olentzero? ¿Acaso dejaría de traernos los famosos regalos? ¿Si fuera travesti no cumpliría fielmente su cometido?
No olvidemos a la desafortunada Mari Domingi, con su falda raída. Visita las plazas de nuestros pueblos solamente como acompañante de Olentzero. Y lo ha hecho estos últimos años. Pero ¿y si Olentzero fuera gay y Mari Domingi lesbiana, si desean ser amigas y nada más; si Mari Domingi es una marichico o una transgénero y también Olentzero lo es, constituiría una grave pérdida? ¿Por qué caracterizar como machos y hembras a estos nuevos personajes, sometiéndolos al decadente binarismo? ¿No es suficiente con un personaje que sea a veces mujer, otras hombre, aquí trans, allá intersex De este modo se reflejaría más positivamente la pluralidad de géneros e identidades de nuestra sociedad. Y, de paso, les haríamos un gran favor a millares de personas, condenadas al armario y a sufrir en sus carnes los embates del machismo y la LGTBIQfobia. Por eso, el sindicato Steilas os anima a organizar, caracterizar y colocar Olentzeros plurales en vuestras escuelas y balcones.
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