20150203_110111La Escuela Pública ha de ser laica para ser de todos y todas, para que en ella todas las
personas nos reconozcamos al margen de cuáles sean nuestras creencias, que han de ser un
asunto privado. El laicismo busca separar esferas:el saber y la fe, la política y la religión, el
estado y las iglesias, para garantizar la libertad de conciencia y posibilitar la convivencia entre
quienes no tienen las mismas convicciones.

Todas las religiones, incluida la católica, deben ocupar el lugar que les corresponde en
democracia: la sociedad civil, no la escuela, que debe quedar libre del proselitismo religioso.
El espacio adecuado para cultivar la fe en una sociedad en la que hay libertad religiosa son los
lugares de culto: parroquias, mezquitas, sinagogas u otros.

En un Estado aconfesional con libertad de culto, se debería impulsar y fortalecer una escuela
laica, como instrumento plural, defensor de los derechos humanos y libertades, inclusiva, no
sexista. Sin embargo la Iglesia Católica niega reiteradamente los derechos de todas las
personas, especialmente los de las mujeres, y defiende un modelo de familia patriarcal en la
que los roles y estereotipos de mujeres y hombres nos recuerdan a épocas pasadas. La Iglesia
no acepta la realidad de los nuevos modelos familiares y se empecina en su retrógrada
concepción de la sexualidad humana, negando la diversidad sexual reconocida ya por la
legislación, el derecho al propio cuerpo, a la libertad sexual y a la anticoncepción.Erlijio guztiek,
katolikoa barne, dagokien lekua izan behar dute, eta leku hori gizarte zibila da, ez eskola;
eskolak erlijio proselitismotik at gelditu behar baitu.

A partir del curso 2014-15 (LOMCE y HEZIBERRI), la religión tiene la misma categoría que
otras asignaturas ( su nota se tendrá cuenta par la nota media global) es decir, que en lugar de
salir la asignatura de religión del expediente académico y del horario escolar, que es lo que
demanda la mayoría de la comunidad educativa, los gobiernos central y autonómico, al servicio
de la jerar quía eclesiástica, imponen a quienes no elijan la religión otra asignatua que también
será evaluada. Además han eliminado la asignatura de Ciudadanía que no gustaba a la Iglesia
por plantear temas como: la libertad sexual, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la
paridad entre mujeres y hombres, diferentes modelos familiares,..

Con la normativa actual, la religión ocupa una media de 945 horas en el conjunto de las etapas
Infantil y Primaria y de 450 horas en la ESO, carga horaria superior a la de contenidos tan
importantes como la educación física o la educación artística.

Steilas denuncia:
1- que con el dinero público se esté financiado el adoctrinamiento religioso.
2- la falta de control de los contenidos y criterios de evaluación de la asignatura de religión, que
la convierten en un fraude para quienes la eligen y para todo el sistema de enseñanza.
3- que el profesorado de religión, gracias al visto bueno del Obispado, goza de privilegios tales
como poder completar su horario impartiendo horas de otras asignaturas y en el periodo de
rebaremación pueden saltar a listas de otras especialidades que llevan años cerradas, en
perjuicio del resto del profesorado.

Desde steilas invitamos a las familias, especialmente a las creyentes, a que reflexionen y no matriculen a sus hijos/as en esa asignatura.

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