COMBATAMOS EL ESPEJISMO DE LA IGUALDAD

Es indudable que durante el último siglo y en especial en las últimas décadas se han dado grandes avances en lo que a igualdad de género se refiere. Debido a ello, no tenemos ninguna duda de que si hiciéramos una encuesta entre las y los jóvenes, entre sus familias, incluso entre el profesorado, nos responderían que la igualdad real entre hombres y mujeres ya se ha alcanzado y si hay alguna duda ahí están las Leyes de Igualdad. Sin embargo, no hace falta escarbar mucho para darnos cuenta de que esta afirmación se haya muy lejos de la realidad en todos los ámbitos; laboral, educativo, personal…y que el hecho de que existan leyes no implica que estas sean cumplidas.

Kartela_emakumearen_eguna_bil_02-2Tanto como educadoras y educadores o como ciudadanos y ciudadanas, no podemos bajar la guardia y tenemos que seguir reflexionando y, lo más importante, haciendo reflexionar a nuestro alumnado y a nuestra juventud sobre esas imágenes que se repiten día a día en cualquier ámbito, en las que seguimos viendo como las mujeres son tratadas como objetos, donde políticos, periodistas y religiosos, entre otros, tienen barra libre para desprestigiar, insultar, dar lecciones a todas las mujeres que se salen de la heteronorma y/o del modelo de feminidad hegemónico. No hay más que tirar de hemeroteca para ver las lindezas dedicadas a las políticas de la CUP o las preguntas hechas a las actrices en la gala de los Goya, en las que todos los calificativos se referían a la imagen física y no a sus actividades, que suele ser lo que se resalta en el caso de sus compañeros hombres. Nuestra sociedad sigue transmitiendo los mismos estereotipos de siglos pasados donde a las mujeres se les siguen adjudicando una serie de roles y de expectativas de vida de obligado cumplimiento.

Es importante que destapemos este espejismo de igualdad en el que cree nuestra sociedad, donde los datos nos muestran que a las mujeres a pesar de tener una formación sólida, les es más complicado el acceso al mundo laboral, no consiguen fácilmente desempeñar labores directivas (solo un 10% de los puestos directivos están ocupados por mujeres), casi siempre sus salarios son más bajos (17% menos en el Estado Español) y además son ellas quienes realizan las tareas de cuidado casi en exclusiva. Algo que no solo no está cambiando sino que sigue aumentando. De hecho, de las personas que se acogen a la reducción de jornada por cuidado de menores el 94% son mujeres y por cuidado de mayores son el 84%. Diariamente las mujeres, de todos los espectros, solo son valoradas por su imagen, realizan los trabajos peor considerados socialmente y menos remunerados, son invisibilizadas o ignoradas en los medios de comunicación, son asesinadas a manos de parejas o ex-parejas, violentadas continuamente por el solo hecho de ser mujeres y un largo etcétera que desmonta totalmente la idea de que la desigualdad es cosa del pasado.

Por eso, este falso espejismo de la igualdad es peligroso ya que aparte de inmovilizarnos, hace creer e interiorizar a las nuevas generaciones que la realidad en la que vivimos es la correcta, que la idea del amor romántico es la mayor demostración de amor, que la violencia sexista es algo que solo sufren algunas y lo peor de todo, nos convence de que no hace falta seguir luchando, que no queda nada por hacer.

Hechos como la presencia de las mujeres en algunos espacios en los que no era frecuente verlas o de los que estaban excluidas, la legitimación que ha alcanzado el tema de la igualdad en las agendas políticas, o los avances alcanzados en la legislación, que afirma la igualdad de derechos, como los planes y comisiones de igualdad en instituciones y empresas, no deben confundirse con la existencia de una igualdad real.

No podemos dejar de mencionar la distorsionada visión que tienen muchos hombres, y tristemente también algunas mujeres, sobre el feminismo, entendiendo éste como el extremo opuesto del machismo. Nada más lejos de la realidad. Si defendiéramos esta visión, hablaríamos de la mujer como superior al hombre, cuando el feminismo desde sus comienzos ha defendido la igualdad más allá de las diferencias individuales. El feminismo es un movimiento de liberación de la mitad de la humanidad que defiende el principio de igualdad de trato y consideración en todos los ámbitos de la vida de una persona, tanto pública como privada.

Es por eso que no debemos olvidar que gracias al trabajo y la lucha cotidiana de mujeres feministas a lo largo del pasado siglo hasta hoy se han conseguido esos grandes logros que favorecen no sólo la calidad de vida de las mujeres, sino también la creación de una sociedad más justa y democrática. Porque los logros de las mujeres enriquecen a las sociedad en su conjunto.

Es por ello, que debemos evitar a toda costa que se retroceda en lo conseguido. Porque una sociedad que valora y defiende la igualdad es la mejor garantía no solo de justicia sino también de bienestar.

Por nuestra parte, desde steilas un año más hemos ofrecido al profesorado un material didáctico para trabajar en el aula y animamos a la ciudadanía a participar en los diferentes actos organizados para ese día.

steilas SECRETARIA DE LA MUJER