El motivo de esta rueda de prensa es la presentación del documento de STEILAS “ La evaluación a examen”

La evaluación es una tema de gran trascendencia en educación, pero es un término polisémico y en muchas ocasiones polémico.

La evaluación del alumnado es inherente a la práctica docente. Por una parte tiene una función sancionadora, ya que se utiliza para certificar y titular, pero puede, y debe, servir para guiar su proceso de aprendizaje. Pero además hay otros muchos tipos de evaluación: la evaluación del profesorado , de programas o proyectos, de la gestión de los centros o de todo el sistema educativo.

En este informe hacemos una valoración crítica del actual sistema de evaluación, poniendo el acento en dos temas: la relevancia de la evaluación en el diseño de las políticas educativas y el gran volumen de negocio asociado a las evaluaciones externas y hacemos una serie de propuestas en torno a este tema.

Tanto la evaluación de la LOMCE, en la que se proponían revalidas al final de cada etapa y rankings de centros, como PISA van encaminadas a uniformizar los sistemas educativas para ponerlas al servicio del mercado y de las políticas neoliberales.

Gracias a las críticas y a la presión ejercida por los diferentes agentes educativos ( sindicatos, alumnado, familias…) las pruebas de la LOMCE han perdido en gran parte su valor segregador. No obstante, aunque algunos agentes las hemos cuestionado, no ha habido la misma unanimidad crítica respecto a las pruebas PISA que persigue los mismos fines y que han adquirido una relevancia inusitada. Estas pruebas, diseñadas por la OCDE, miden exclusivamente las competencias en matemáticas, lectura y ciencia del alumnado de 15 años con el fin de comparar y hacer un ranking de países. Cuestionamos tanto su validez, compara realidades y sistemas educativos muy diferentes, como su objetivo. Es una evaluación totalmente descontextualizada, sin conocer las características de la comunidad evaluada y sin que haya sido consensuada con las familias, el alumnado y las direcciones de los centros.

Por otra parte, manifestamos nuestra preocupación al ver como la educación se ha convertido en un extraordinario negocio a escala planetaria. En el estado español se han privatizado muchas partes del sistema educativo: comedores, limpieza, transporte y se va privatizando la gestión, la formación, la asesoría y uno de los objetivos más codiciados por el mercado es la evaluación. En el informe mostramos ejemplos claros de como en Estados Unidos y el Reino Unido, pero también en países como Chile o México, a través de la industria evaluadora, gestionada por empresas multinacionales, se van privatizando otras partes del sistema. En el ámbito universitario el negocio está ligado a la publicación de las investigaciones que son requisito para acceder o promocionar en la carrera docente que también están controladas por empresas multinacionales.

Además, los programas de gestión de la calidad de los centros, implantados en muchos centros de secundaria y FP también están impregnados de los valores del mercado y , en general, han supuesto una burocratización del sistema educativo.

No obstante, consideramos todos los tipos de evaluación; del alumnado, profesorado o del sistema, una práctica absolutamente necesaria. Pero para que sea adecuada debería tener unas determinadas características:

  • La evaluación del alumnado debería ser continua, integral y formativa y en la misma debe participar todo el equipo docente y el propio alumnado. Impulsaremos dinámicas de resistencia a las evaluaciones de la LOMCE o Heziberri porque no cumplen estos requisitos y sustraen al profesorado su función evaluadora.

  • La evaluación del profesorado debería ser un instrumento de reflexión colectiva sobre la práctica docente y estar ligada a su formación continua.

  • Las evaluaciones diagnósticas son necesarias pero deberían definirse los objetivos de la misma de manera consensuada en función de las necesidades de la comunidad educativa; deberían ser muestrales, no censales y ser utilizadas para el fin para el que se diseñan , no como información complementaria para las familias.

Cuando la evaluación externa no respeta estas características se traducen en la percepción de la práctica educativa como amenaza, control o mera sanción. En consecuencia se aleja del propósito formativo de conocer qué, que aspectos tenemos que mejorar para lograr una escuela inclusiva, de calidad y que corrija las desigualdades.

Este año, en 2018, habrá evaluación PISA. Queremos hacer un llamamiento a reflexionar sobre los fines de esta evaluación y a oponerse a la misma si no se comparten. Para ello, STEILAS organizará una campaña informativa con el alumnado, familias y el profesorado.

Documento rueda de prensa PDF

La evaluación a examen