Hace pocos días nos despertábamos con la noticia de que el Colegio Público de Castejón ha solicitado al Departamento de Educación, la salida del centro del Programa de Aprendizaje en Lengua Inglesa. Esta noticia enraiza con el malestar que la mayoría de los docentes del programa y muchas de las familias que lo conocen bien acarrean desde que se implantó de forma indiscriminada hace 8 años, sin estudios de contexto ni planificación educativa, en el momento de mayores recortes económicos y personales en la educación de nuestra comunidad, sin materiales ni dotación presupuestaria para contratar profesorado especificamente formado, varias de las claves que hacen que un programa de aprendizaje de idiomas consiga el éxito para el que se ha creado, esto es, aumentar la competencia comunicativa en la lengua objeto de estudio.
Tras el estudio del Departamento de Educación de «Evaluación de la competencia lingüística en inglés y el seguimiento de la competencia de los estudiantes matriculados en colegios con el programa British o PAI» se descubrió que, después de 9 años de estudio de contenidos a través de la lengua durante 8-14 sesiones a la semana, más de la mitad del alumnado conseguía un nivel Pre-A1 y A1 (1º de la Escuela de Idiomas) en comprensión y expresión oral y escrita, y tan sólo el 15-21 % llegaba a un nivel de 2º de la Escuela de Idiomas mejorando ligeramente la comprensión escrita, como siempre. Es decir, tras toda la escolaridad lidiando con la lengua inglesa, la mayoría del alumnado consigue una competencia en expresión oral y escrita que una persona adulta alcanza en 4 horas a la semana durante 1 año. Preocupante.
Porque no es solo que la competencia en lengua inglesa no se desarrolle como cabría esperar tras la cantidad de años de estudio, es que, además, las áreas que tienen la desgracia de ser impartidas en lengua inglesa sufren un retraso en la profundidad de los contenidos y en las posibilidades metodológicas más que considerables, los problemas de conducta se multiplican y la atención a la diversidad se desdibuja cuando durante más de un tercio de la jornada educativa el alumnado tiene que enfrentarse a nuevos aprendizajes a través de un idioma que no conoce. Todo ello sin mencionar la posible merma en la autoestima y el autoconcepto que se desarrollan en los años de escolaridad fruto de un programa pedagógica y curricularmente mal planteado. Y es que no hay inmersión lingüística, más bien ahogamiento en muchos casos, siendo llamativo que, desde la implantación del PAI, el negocio de academias y cursos en inglés no ha dejado de aumentar en Navarra cuando lo que pretendía el programa era hacer innecesario ese tipo de apoyos y garantizar el aprendizaje de inglés por igual a todo el alumnado.
Para dar este paso, el centro educativo ha tenido que contar con la aprobación expresa del Claustro y el Consejo Escolar del que forman parte tanto una representación del profesorado como de las familias y de la administración, así como elaborar un plan de salida del programa justificando las razones de su marcha, planteando los nuevos objetivos lingüísticos del centro, previendo la plantilla tras la salida del mismo y calendarizando por cursos el proceso de extinción del programa. Es decir, el Centro ha estudiado muy bien el contexto en el que desarrolla su actividad y las ventajas e inconvenientes que este tipo de metodología tiene para su alumnado, tras lo que ha tomado una decisión meditada y consensuada, fruto de muchos años de evaluar lo que este programa ha supuesto para su realidad educativa.
Es por ello que UPN, el mismo partido político que extendió de forma indiscriminada y sin previsión ni de personal ni de recursos económicos o apoyo curricular haya salido a argumentar que la razón de volver al formato de hace 8 años es que el Claustro y el Consejo Escolar tienen tintes nacionalistas es cuanto menos sonrojante por distorsionante, simplista, falsa y tendenciosa, más si cabe, cuando la propia Yolanda Barcina reconoció que se impulsaba el PAI para hacer frente al modelo D. No se puede retorcer la realidad ni comprar una argumentación tan pueril porque quienes nos dedicamos a la docencia sabemos más que de sobra, que los perjuicios para una gran parte del alumnado deben ser más tenidos en cuenta que el deseo de huida hacia delante de un partido político, reforzado entonces y ahora por la actitud del PSN. Nuestro alumnado no tiene por qué sufrir la falta de planificación de la política partidista, y el profesorado no nos vamos a quedar callados, viendo cómo se investiga con una generación completa, para salvar la idea de bombero de turno.
Desde aquí queremos felicitar al centro por su profesionalidad, por haber tenido la valentía de ir contracorriente y de ser coherentes con el contexto de muchas escuelas en la actualidad, así como por no dejarse llevar por la mentira colectiva que arrastra a la sociedad con una zanahoria delante. Aprendizaje de idiomas sí, pero no a costa de las necesidades del alumnado.
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