Que ponga los recursos necesarios en el Departamento de Salud reduciendo la carga de trabajo de los centros, posibilitando la rápida vuelta del alumnado a la educación presencial y abriendo vías de conciliación.

Hemos sabido que Osakidetza ha introducido algunos cambios en el protocolo a seguir en caso de un caso de COVID19 POSTITIVO en una aula. Según esta nueva forma de actuar, no serán los rastreadores quienes hagan las llamadas, esa gestión recaerá sobre los centros escolares y automáticamente todos los alumnos del aula permanecerán confinados, con lo que todo ello supone.

Desde los comienzos, la gestión de la pandemia ha estado plagada de meteduras de patas y de despropósitos, y ahora no iba a ser distinto. El Gobierno Vasco está recortando continuamente en sanidad: hay menos rastreadores que cuando empezó la pandemia y en una época en la que los colegios está saturados de trabajo y con estrés, se quiere obligar al personal educativo a hacer de sanitario. Vergonzoso.

Y cómo no, este nuevo protocolo también ha comenzado a dar sus primeros frutos. Tal y como vemos, no está siendo nada eficaz. Hay cientos de grupos completos encerrados, a la espera del famoso SMS que la dirección de los centros escolares, siguiendo correctamente la poca información de la que disponen, les pide que reciban de Osakidetza. ¿Qué pasa? Que ese mensaje que les citará para la prueba PCR no llega y que ya son muchos los alumnos que llevan dos, tres, cuatro… días confinados; y con ellos, claro está, sus padres, madres o cuidadores.

Dicho esto, no se puede dejar de mencionar las dificultades de conciliación de las familias. Si los padres, madres o responsables legales de los niños y niñas están vacunados y no han dado positivo en COVID, están obligados a acudir al trabajo porque no tienen ningún permiso ni derecho a la baja para quedarse en casa cuidando a los niños y niñas. Siendo el de la gente de edad avanzada uno de los colectivos más vulnerables, no se puede dejarlos ni con los abuelos y abuelas. ¿Cómo procedemos con estos niños y niñas, muchas veces muy pequeños en casa? ¿Quién debe cuidarlos?

Por si todo esto no fuera suficiente, el Gobierno Vasco acaba de publicar un material titulado Kit de cuidados para compensar el desgaste de los profesionales de la escuela. Con este kit, se pretende compensar el desgaste generado en tiempos de crisis e incertidumbre en la comunidad educativa, agradecer el trabajo y la implicación mostrada en esta última época y ofrecer recursos diversos para transformar el estrés en vitalidad.

Si el Gobierno Vasco estuviera realmente preocupado por nuestro malestar, pondría menos guías y más medios para gestionar la crisis sin estar haciendo de coach.

Desde STEILAS exigimos al Gobierno Vasco que ponga los medios necesarios en el Departamento de Salud, que posibilite la conciliación del personal educativo y que establezca medidas que permitan la educación presencial del alumnado lo antes posible.