La falta de inversión en servicios públicos, los recortes y la falta de
recursos tiene un impacto directo en el servicio sanitario publico, lo cual
revierte finalmente y de forma alarmante en el servicio educativo público.

La falta de concreción ha generado gran malestar y alarma en los centros
educativos, principalmente por la falta de concreción con respecto al
protocolo. Además de eso y debido al colapso sanitario que padecemos,
existen dificultades para gestionar las bajas por COVID u otras
enfermedades que en muchas ocasiones quedan sin sustituir. Mientras
tanto, obligan a las y los trabajadores a firmar declaraciones responsables
que pueden suponer una pérdida de sueldo. La falta de concreción es
generalizada y cada Delegación Territorial está gestionando las bajas y
sustituciones de forma desigual.

Comprendemos que la situación sanitaria es incierta, pero se podían haber
previsto y desarrollado planes de contingencia. En lugar de eso, parece que
otra vez nos movemos en la lógica de la improvisación, el último ejemplo
de ello es la restricción del derecho de los profesores inmersos en los
cursos de IRALE.

Desde STEILAS pedimos que se abandone de una vez la improvisación y
se adopten medidas que garanticen los derechos de las y los trabajadores,
así como la calidad de la educación. Por último, queremos mostrar nuestra
solidaridad con el personal que está haciendo frente a esta situación en los
centros educativos, ya que si a día de hoy los centros son lugares seguros
es gracias a su trabajo y compromiso.

 

Euskal Herrian, 2022ko urtarrilaren 13an.