El Gobierno vasco ha vuelto a conceder a través del programa de subvenciones HEZKOOP 2021 partidas millonarias para la financiación de la red educativa privada concertada cuya titularidad revista la forma de cooperativa o fundación. Estas ayudas serán destinadas, entre otros, a financiar con fondos públicos la compra de inmuebles pertenecientes a congregaciones religiosas, obras de ninguna repercusión en la calidad de los proyectos educativos y que en muchos casos son subvenciones que reponden más a una la lógica de mercado para atraer “clientes” que a una necesidad real del sistema educativo vasco.

Especialmente escandalosos son los casos de la Cooperativa Urkide de Gasteiz y la escuela Geroa Waldorf, en Trokoniz. A la primera se destinan casi 4 millones de euros de fondos públicos para que compre en propiedad el edifico de las monjas Ursulinas, a la segunda, casi un millón de euros para la adquisición de terrenos. Pero también encontramos ejemplos no menos graves como partidas para subvencionar tabiques móviles acristalados en el hall de la Ikastola Olabide o partidas para reparar la piscina del Colegio Trueba de Artxanda.

Una vez más, el Gobierno Vasco demuestra su complicidad con la red privada concertada, subvencionando infraestructuras innecesarias en la mayoría de los casos y que le dan todavía más ventaja sobre la red pública, sin considerar las repercusiones que todo esto tiene en el sistema educativo. Cabe recordar que, mientras tanto, los recortes en infrestructuras básicas de la red pública condicionan de manera significativa el día a día de estos centros.

Exigimos al Gobierno Vasco que de marcha atrás en este tipo de ayudas y destine sus recursos a fortalecer un sistema educativo que garantice la cohesión social y la igualdad de oportunidades.