A la vista de los últimos acontecimientos en torno a la futura Ley de Educación, desde STEILAS queremos reiterar que lo sucedido es tan solo una evidencia más de que el pacto educativo es una cortina de humo bajo la que el PNV pretende proteger la red privada. Tanto es así que educación miente al decir que la mediada de concertar aulas de 2 años se conocía desde junio. Los cimientos de la concertación de aulas de 2 años privadas se cocieron con la patronal de la privada en diciembre del 2021, y tuvo su plasmación en la orden de admisión (14/12/2021) para curso escolar 22-23. Incorporando aulas privadas en un proceso admisión cuyo objeto es la obtención de una plaza gratuita. A posteriori, se publicó en el BOPV el pasado 21 de junio, a través del decreto de conciertos para el próximo sexenio 2022-2028. En él se incluían las aulas de dos años como susceptibles de concierto educativo. En consonancia, el anteproyecto presentado por el gobierno para el 2023 recogía estos módulos aplicables a partir del 1 de septiembre de 2023, es decir para el curso 2023-2024. Por lo tanto, aún cuando la medida sea lo suficientemente reaccionaria como para ofrecérsela a la derecha en mesa de negociación, esta medida se ha tomado durante el proceso de negociación y redacción del ante proyecto de ley. Igualmente se podrían haber añadido a esa mesa de negociación, otras tantas medidas que en este tiempo se han tomado a favor de la red privada; reducción de ratios para conceder el concierto etc.

Por otro lado, ayer escuchábamos al consejero de educación Jokin Bildarratz argumentar que la concertación de las aulas de dos años tiene como objetivo implementar una escolarización equilibrada. Esto se debe a que las aulas de dos años escapan a la planificación escolar, aunque sirven para fidelizar al alumnado. Esta solución es contraria al pacto, ya que la medida propuesta para evitar la segregación es la de concertar otra etapa no obligatoria en lugar de, por ejemplo, cesar la subvención del 0-2, que asciende a 25 millones de euros anuales. También podría haber erradicado del decreto de admisión publicado recientemente la disposición adicional que permite al alumnado del 0-2 permanecer en el centro sin necesidad de participar en el proceso de admisión, es decir, no erradica la estrategia de fidelización del alumnado. Debiera hacernos sospechar que para el PNV aumentar la concertación sea la mejor herramienta para luchar contra la segregación.

¿Cuánto más necesitan los firmantes del pacto para darse cuenta de que esta ley vacía en contenido, aunque no en intenciones, es tan solo el paraguas para que el PNV aplique los decretos privatizadores que ya nos está haciendo llegar? Es cada vez más evidente que esta escenificación a favor de la Escuela Pública Vasca carece de contenido. Es incompatible con apoyar un pacto cuyo objetivo es igualar lo público y lo privado para proteger a la red privada, que propone el sistema dual como la mejor herramienta para erradicar la segregación escolar y, al mismo tiempo, defender un sistema educativo con la escuela pública como eje vertebrador. Así que, llegados a este punto la izquierda de este país tendrá que decidir si se alinea con el PNV o con la escuela pública vasca, no hay medias tintas, ya que no queda lugar para fingir que el objetivo es el mismo y nos perdemos en los detalles. En este momento, más que nunca, es urgente mostrar una postura contundente a favor de la Escuela Pública Vasca, de lo contrario seremos cómplices de la política educativa privatizadora que está llevando a cabo y quiere perpetuar el gobierno.