AL DÍA SIGUIENTE, LAS PERSONAS REFUGIADAS SIGUEN MURIENDO O SIGUEN EN PRISIÓN

Siete activistas de la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba acabamos de volver de la Isla griega de Lesbos y el resultado de nuestra Misión de Observación no puede ser más descorazonador.

Para que nuestra denuncia de lo que hemos visto no se limite al Día Internacional de las Personas Refugiadas, hemos querido convocaros a los medios hoy, porque hoy, día después, las personas refugiadas siguen muriéndose. Y, en el mejor de los casos, cuando logran llegar a la isla sin ser devueltas, siguen siendo encarceladas en unos campamentos de estructura y funcionamiento más penitenciario que protector.

De hecho, quienes hoy son personas refugiadas en Lesbos nos han pedido que nos acordemos de su situación NO SOLO en los días internacionales o cuando se produce una tragedia, como la reciente con el pesquero Adriana. “Que nos oigan” y “Que nos vean” está en el centro de sus reivindicaciones, en un contexto de apagón informativo e invisibilidad que silencia lo que está ocurriendo con las personas refugiadas en las islas griegas.

Tampoco es casual que hayamos elegido este lugar para convocaros a los medios Hace unos meses estuvimos aquí, en el Parlamento Vasco, solicitando que se activasen corredores humanitarios como vías seguras de llegada al País Vasco desde Lesbos de familias refugiadas y menores con enfermedades. No parece que se haya hecho nada. ¿Será que no urge?

Urge. La prueba son algunas de las conclusiones que hemos extraído de nuestro viaje:

  1. Grecia está bloqueando con prácticas ilegales la llegada de las personas refugiadas a las islas. Activistas de Lesbos nos confirman que Grecia está harta de saberse país de entrada de personas refugiadas y de que la Unión Europea sea incapaz de articular procesos de reparto eficaces entre los países. Por ello está recurriendo a prácticas ilegales para no dejar entrar a nadie. Así ha aumentado su flota de Guardia Costera con 50 barcos más. Incluso Frontex ha reconocido que se dan abusos por parte de guardias fronterizos griegos, a raíz de unos vídeos que muestran a guardacostas rompiendo los motores de las embarcaciones con que se topan.
  2. Las devoluciones en caliente o pushbacks en Lesbos se producen ilegalmente cada día, de mano de patrullas camufladas con pasamontañas. Como muestra un vídeo reciente del New York Times, grupos de encapuchados secuestran a las personas refugiadas que logran llegar a tierra firme y las devuelven a alta mar, abandonándolas allí en balsas sin motor. En el último año, Médicos Sin Fronteras no ha podido localizar a 940 personas de las que tenía constancia que habían llegado a la isla.
  3. En este contexto de devoluciones, las personas “privilegiadas” son las que logran llegar al campamento de refugiados. Sin embargo, en el campamento actual para solicitantes de asilo, en Mavrovouni, la táctica cruel para obligar a las personas a que se vayan es no darles comida o no dejarles salir del campo, como hemos podido comprobar allí. De hecho, nos hemos encontrado con un campamento que ya no son cientos y cientos de tiendas de campaña sobre el barro (quién no recuerda aquel campo de Moria, que ardió en septiembre de 2020). Estéticamente el de ahora es un espacio ordenado, con hileras de módulos blancos tipo casetas de obra multifuncionales, sin hacinamiento visible, en el que las dinámicas de expulsión de personas refugiadas son más crueles por sofisticadas, como restringir la alimentación o la libertad de movimientos, como si quienes piden asilo fueran delincuentes.
  4. El nuevo campo que se está construyendo, y que hemos podido ver durante nuestro viaje, responde, de hecho, a esa lógica de centro penitenciario o centro de retención de facto (se trata de uno de los 5 Centros Cerrados de Acceso Controlado en las islas griegas cuya construcción está financiando la Comisión Europea con 276 millones de euros) Su ubicación es en Vastria, en un lugar remoto (a 30 kilómetros del centro urbano de Mitilene), en mitad de un gran bosque, lo que le convierte en una prisión natural, sin carreteras de acceso pavimentadas ni vías de evacuación en caso de incendio. En el interior del campo, están previstos sistemas sofisticados de vigilancia 24 horas, con detectores de rayos x y cámaras de vídeo posicionadas incluso en el interior de los contenedores donde vivirán las personas.

En resumen, será un centro alejado, para que NADIE VEA LO QUE OCURRE ALLÍ DENTRO. Pero nuestro grupo ha querido ir a verlo y estamos aquí para denunciarlo.

  1. Queremos denunciar, por último, el clima de xenofobia y hostilidad que se está fomentando en Lesbos desde discursos políticos alarmistas y campañas explícitas de incitación al odio y a la xenofobia. Hemos recabado testimonios de activistas y periodistas que han sufrido ataques por haber acogido a personas refugiadas, o haber participado en labores de rescate de personas a la deriva en el mar. La criminalización a la solidaridad se está llevando a cabo desde instituciones jurídicas y desde entornos ciudadanos concretos que promueven que a las personas refugiadas no se les deje entrar en determinadas cafeterías o transitar por determinados barrios.

De hecho, la amenaza de criminalización en contra de cualquiera que intervenga para proporcionar asistencia humanitaria ha conseguido cesar las operaciones de búsqueda y rescate en el Egeo prácticamente. En enero del 2023 comenzó el juicio a 22 personas acusadas de tráfico de personas por ayudar a personas a no ahogarse en el mar, pero no es un caso aislado. Hay más juicios pendientes, y muchas personas migradas son detenidas por tráfico de personas y pertenencia cuando los barcos son interceptados. 9 egipcios en el caso de la semana pasada. Por otro lado, son muy pocas las ONGs que pueden entrar en los campos o que pueden asistir a las personas que llegan. No hay testigos de lo que ocurre ni antes de llegar a los campos ni en los propios campos.

Por todo ello, reiteramos a las instituciones vascas nuestras peticiones:

  • Creación de un corredor humanitario desde Lesbos hacia la CAPV, que pase por la emisión de visados humanitarios como vía legal y segura de llegada y entrada en nuestro territorio por motivos humanitarios de un grupo de personas numéricamente acordado siguiendo el patrón de los corredores italianos.
  • Gestión con las instituciones estatales para la aprobación de un régimen de protección temporal y de autorización temporal de residencia para las personas acogidas en la CAPV, similar a la recogida por la Instrucción estatal 2/2022 con la que el Estado español refleja la Directiva europea 2001/55/CE y su activación en 2022 a propósito de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Esta instrucción constituye un ejemplo claro de la capacidad de materializar el derecho a residir de manera regular a personas provenientes de terceros países.

De hecho, nuestro punto de partida es la constatación de que la Unión Europea, como hemos visto tras la invasión de Ucrania, es capaz de activar recursos normativos y políticas migratorias, que den una respuesta coherente y humanitaria, sin tener que recurrir a instrumentos como Frontex o el Reglamento de Dublín. Actívense, por favor, estos recursos y mecanismos para las personas refugiadas en Lesbos, que ni son refugiadas de segunda clase, ni merecen ser pseudo encarceladas. Que no se nos olvide que pedir asilo no es delito.  En todo caso, el delito es no socorrer a quienes tienen derecho humano a una protección internacional que, a fecha de hoy, les estamos negando.

 

ONGI ETORRI ERREFUXIATUAK ARABA