Diferentes movimientos y plataformas populares de Euskal Herria, que venimos trabajando en defensa del territorio, hemos unido nuestras fuerzas, conocimientos y acciones para hacer frente a la imposición de una avalancha de megaproyectos destructores de nuestro entorno natural y rural.
En esta labor, hemos puesto especial atención a la protección, defensa y conservación de los ecosistemas naturales y sociales que han sobrevivido, no con pocas dificultades, hasta el día de hoy en Euskal Herria. La destrucción de los hábitats terrestres y marinos y la contaminación atmosférica es una constante del modelo basado en el crecimiento continuo y el consumo desenfrenado actual, cuyo resultado no es otro que poner en grave peligro las imprescindibles condiciones ecológicas que hacen posible la vida en nuestro planeta.
Este modelo económico, cuya máxima es generar el mayor beneficio posible, sin tener en cuenta parámetros medioambientales o sociales, está provocando no solo la sobreexplotación de los recursos, sino la concentración y el control de los mismos por parte de una élite corporativa, recursos que además son necesarios para el mantenimiento de la vida (recursos hídricos, recursos forestales, fuerza del viento, sol, tierras de cultivo, semillas…) y que ahora se convierten en mercancía. A su vez condiciona su disponibilidad a la mayoría de personas y, por ende, transforma en privilegio nuestro derecho natural al acceso racional a los medios de subsistencia.
De esta manera, nos siguen imponiendo la única manera de actuar que entienden para hacer frente a una crisis ecosocial que ellos mismos han provocado. Con la falsa excusa de la transición energética, pretenden embaucarnos creando una manipulada ilusión de cambio que la sociedad viene demandando desde hace tiempo. “Transición verde” lo llaman, pero de verde solo es el color del dinero que pretenden embolsarse con sus juegos especulativos. Por ello, denunciamos esta farsa, cuya única pretensión es hacer una nueva reorganización del modelo de negocio de esta élite, ante el evidente agotamiento de recursos y su perentoria búsqueda de nuevos nichos de mercado y de nuevos territorios de sacrificio para alimentar la maquinaria del modelo desarrollista.
Estas empresas transnacionales, en manos de fondos de inversión internacionales, están señalando sobre el mapa las nuevas zonas de sacrificio que necesitan para mantener su modelo de negocio (montes comunales, tierras de cultivo, zonas costeras, acuíferos, ciudades, barrios, pueblos…), despreciando la realidad ecosocial de éstas. Mientras tanto, los gobiernos de turno actúan de manera cómplice, allanando el camino de estas corporaciones y desvirtuando y sorteando las leyes de protección ambiental y de organización territorial, para que sus acciones tengan el respaldo legal asegurado. Como ejemplo de esta conducta podemos hacer referencia al apresurado proceso de tramitación de la Ley Tapia y su homóloga
en Navarra, en el que se han soslayado e invalidado las legítimas decisiones de las administraciones locales (concejos, ayuntamientos y otras entidades públicas…) en una deriva autoritaria centralizadora en la toma de decisiones. Nos tememos que la ley de Transición Energética y Cambio Climático que con tanta prisa quieren aprobar, no va a ser más que otra ficha con la que se perpetúe este modelo.
También denunciamos la farsa de Plan Territorial Sectorial de las energías renovables que están tramitando para fijar legalmente los lugares a saquear previo señalamiento de estas empresas. Y, por si esto fuera poco, estas compañías están siendo subvencionadas a través de fondos públicos europeos, “Next Generation”, creando una deuda inasumible que hipoteca a las futuras generaciones. Estos planes llevan consigo la irreversible agresión de nuevos territorios de los que apropiarse para extraer la ingente cantidad de materiales que se necesitan. Esto supone un nuevo empuje colonizador que provoca el desplazamiento forzoso de sus habitantes y, además, es dependiente de los combustibles fósiles para su desarrollo.
Esta es la base sobre la que la UE, el gobierno español, el francés, el navarro y el vasco –instituciones que ejercen de guardianas de ese modelo económico-, planifican una falsa transición energética, donde las políticas reales de protección de la biodiversidad están ausentes; unas políticas agrarias que infertilizan las tierras de cultivo y nos enferman; priorizan el derecho a una vivienda para el turista; mega-infraestructuras que cementan nuestros montes (TAV), la expansión de nuevas autopistas de torres de alta tensión hacia los centros neurálgicos del poder; incineradoras que contaminan los lugares de su emplazamiento… La realidad innegable de la pérdida de ecosistemas naturales y la degradación de los ecosistemas sociales incrementa exponencialmente el agravamiento de los efectos del cambio climático. Sin embargo, la apuesta por su conservación, defensa y pervivencia es esencial para mitigar sus consecuencias. Por ello, se nos hace incomprensible la deriva de unas Administraciones que, en vez de velar por el interés general de la población, ponen todo su empeño y nuestro patrimonio para ganarse las simpatías de esas grandes empresas.
Frente a ese modelo fagocitador, en la Red Euskal Herria Bizirik compartimos un objetivo: garantizar la protección del entorno natural, la defensa de una transición energética descentralizada y de gestión comunitaria, un medio rural vivo y funcional, la universalidad del aprovechamiento de los recursos naturales sin sobrepasar los límites biofísicos del planeta, garantizando una sociedad basada en la cooperación, el bien común y la descentralización en la toma de decisiones.
La lucha contra todos estos megaproyectos es imprescindible y muy urgente. Con este objetivo, anunciamos las siguientes convocatorias:
1. Manifestación nacional en Azpeitia, el 13 de abril a las 18:00 horas. El mismo día, por la mañana, se celebrará un encuentro entre grupos y personas que trabajan y luchan en defensa de la tierra.
2. 20 de marzo, concentración y marcha de protesta ante el congreso “Wind Europe” en el BEC de Barakaldo.
3. 26 de Mayo, Marcha Nacional de Montaña al Monte Kolitza.
Por otro lado, se impulsarán las siguientes iniciativas:
- Exposición artística itinerante HAMAIKA: 11 ilustradoras de Euskal Herria han participado en esta muestra artística que reivindica la recuperación del territorio. También se recogen testimonios de algunas familias y vecinos afectados por macroproyectos eólicos. Esta exposición, creada gracias a la iniciativa del grupo Haizea Bizirik de Etxalar, se moverá por diferentes localidades de Euskal Herria y el estreno se realizará en la localidad de Bera, del 23 de febrero al 3 de marzo.
- Respuesta a la Ley de Transición Energética y Cambio Climático: ante la voluntad del Gobierno de apoyar los intereses de las grandes empresas energéticas y de dar un nuevo impulso a los macroproyectos energéticos en el marco de esta ley, que tiene previsto aprobar el próximo mes de febrero, realizaremos una iniciativa de denuncia.
- Mapa EH Bizirik: Se publicará un mapa para denunciar los macroproyectos que agreden a la tierra en Euskal Herria.
Lurraren defentsan Euskal Herria Bizirik Sarea
-Makatzak Arratia
-Interkonexio elektrikorik ez
– Enkarterrin Makroeolikorik Ez
-Oletan ere ez!
-Sañu Bizirik!
-Andatza Ezkeltzu Bizirik
-Mendietan Eolikorik EZ-Barakaldo
-Aiaraldeko Mendiak Bizirik.
-Araba Bizirik
-Larramendiko arnasa
-Arabako mendiak aske
-Karakate bizirik
-Haizeak Bizirik (Bortziri)
-Errezil Bizirik!
-Así como personas agrupadas individualmente a la red EH Bizirik
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