Son diversos los motivos que producen malestar en torno a los comedores escolares: la lenta intervención del Gobierno Vasco, la baja calidad de la comida de las empresas de catering, las pésimas condiciones laborales con las que contratan las empresas de catering, etc.

El personal del comedor de algunas escuelas se ha plantado y se niega a desempeñar funciones que no son suyas, evidenciando un vacío en el cuidado del alumnado. La decisión final se ha dejado en manos de las direcciones, en algunos casos ha implicado al profesorado fuera de las horas lectivas o, en otros, ha provocado que se suspenda el servicio de comedor durante ciertos días en perjuicio del alumnado.

El comedor se ha convertido en un servicio imprescindible para muchas familias, especialmente para las familias más vulnerables, ya que en muchos casos, el único plato caliente que comen es el de la escuela. No es un servicio de cualquier tipo sino un servicio fundamental, y por lo tanto, es absolutamente necesario abordar el tema adecuadamente.

Ante esta situación es urgente proponer una solución. Es responsabilidad del Gobierno Vasco asegurar que las empresas subcontratadas establecen unos requisitos mínimos en cuanto a la contratación de las monitoras. En cualquier caso, la solución no puede vulnerar las condiciones laborales de unas y otras trabajadoras, es imprescindible establecer funciones para hacer frente a las necesidades del día a día y designar personas para ello, es decir, reconocer el comedor como un ámbito educativo.