Tal y como se ha hecho público, tendremos otras cinco jornadas de huelga en el sector del profesorado no universitario de la Escuela Pública Vasca; del 12 al 16 de mayo. Las huelgas llevadas a cabo hasta ahora han demostrado que la comunidad educativa está fuerte y se suma a nuestras reivindicaciones, y nos han pedido una y otra vez que no nos rindamos. En cambio, el Departamento de Educación, lejos de poner los contenidos sobre la mesa, sigue difundiendo rumores para distorsionar nuestra lucha.

Es evidente que las reglas de juego de la negociación nos obligan a actuar con discreción. Sin embargo, la Consejera de Educación ha vuelto a utilizar esta responsabilidad para actuar contra los derechos de los y las trabajadoras, activando su última artimaña y tratando de deslegitimarnos.

Es sabido que luchar por la Escuela Pública Vasca es el símbolo de STEILAS. Por citar algunos ejemplos que lo reflejan: en 2023 firmamos un acuerdo que rebajaba las ratios por aula y aumentaba los recursos, hemos luchado contra los decretos de planificación y la orden de aprobación que incrementan la segregación, cuando ha sido necesario por la vía judicial y, por supuesto, nos movilizamos para que derogaran la ley de educación que se diseñó en contra de la educación pública. No mencionamos estos ejemplos para justificarnos, sino con orgullo, porque ésta ha sido la actuación de nuestro sindicato en los últimos años. En este sentido, es incomprensible que la Consejera de Educación diga que hemos puesto patas arriba la educación por nuestros intereses económicos.

En primer lugar, hay que dejar claro que la recuperación del poder adquisitivo es una reivindicación legítima que debe hacer un sindicato. El profesorado tiene que superar de una vez por todas las labores de tergiversación populista del Departamento de Educación, no permitamos que alimenten choques entre trabajadoras; es justo pedir un aumento salarial.

En cualquier caso, STEILAS nunca ha puesto el poder adquisitivo en la primera línea de las reivindicaciones, pero en este caso esta reivindicación es totalmente política y central. Para empezar, porque las condiciones laborales del profesorado y la calidad educativa son las dos caras de una misma moneda. Pero, especialmente, porque en este caso no garantizar el poder adquisitivo de los y las trabajadoras es una maniobra para desprestigiar la escuela pública.

Sólo de 2020 a 2024, los y las trabajadoras de la educación pública hemos perdido un 5,4% de poder adquisitivo, si recurriéramos a la época de crisis, nuestra pérdida es del 23%. En los últimos cinco años, sin embargo, para mejorar el poder adquisitivo del profesorado de los centros concertados, el Departamento de Educación ha inyectado 68 millones de euros en dinero público. Para ello llevó a cabo un decreto extraordinario, modificando la ley de presupuestos de 2024.

Sobra decir que la pérdida de referencialidad de las condiciones laborales del personal de la red pública puede suponer el desalojo de los centros de la Escuela Pública Vasca. Estamos, por tanto, ante un paso más en el desmantelamiento del sistema público. La equiparación salarial del personal público y privado es algo cocido bajo el paraguas de la ley educativa; los centros dotados de dinero público mantienen la titularidad privada, el derecho a la contratación o la “dedocracia”, pero se igualan las condiciones laborales. Desde STEILAS, hace tiempo que pedimos una única lista de contratación para esos trabajadores; si van a dotarse de dinero público, que sean empleados públicos, eso sí que sería dignificar a los trabajadores y dar pasos hacia la publificación.

Finalizamos informando de que aunque estamos peleando el poder adquisitivo, ésta no es nuestra única reivindicación. Este discurso es reflejo de la lógica negociadora del Departamento de Educación. Nosotras no vamos a elegir entre recursos y salario, estamos luchando por una propuesta que mejore ambas de forma legítima y ponderada. Que no nos engañen, no somos nosotras las que no ponemos los recursos en primera línea, sino el Departamento de Educación.

Por nuestra parte, seguiremos luchando, con responsabilidad y alejadas de maximalismos, hasta conseguir unas medidas y unas condiciones laborales que pongan a la Escuela Pública Vasca en el centro.