La segregación escolar es uno de los problemas más graves del sistema educativo de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Desde STEILAS llevamos años denunciando esta situación, pero el Departamento de Educación ha negado durante mucho tiempo la realidad. El consejero Bildarratz ocultó la segregación mediante eufemismos hasta 2021; en 2022, por primera vez, la reconoció públicamente, pero desde entonces no ha habido valentía para tomar medidas reales. Ahora, la consejera Pedrosa ha puesto en marcha una «mesa» contra la segregación, pero creemos que es mera propaganda sin contenido y una excusa para cubrir las políticas en sentido contrario.
El Departamento de Begoña Pedrosa, con la Ley de Educación, quiere perpetuar el sistema dual. Ese mismo sistema dual, donde se encuentra la escuela pública y los centros concertados, es un sistema segregador. Y mientras tanto, Pedrosa pretende escenificar que hace frente a la segregación, generada por el propio sistema dual que apoya el Departamento de Educación, sin resolver radicalmente el problema y engañando a toda la sociedad.
Medidas unilaterales, en sentido contrario
La nueva Ley de Educación ha creado el «Servicio Público Vasco de Educación», equiparando la red privada a la pública y perpetuando aún más las desigualdades históricas. Las decisiones unilaterales del Departamento de Educación en los últimos años son claras: descenso de ratios para la concertación de aulas, concertación de aulas de dos años, distribución artificial del alumnado vulnerable, falta de medidas contra la sobreoferta… Al mismo tiempo, los centros concertados han incrementado su financiación, incluyendo un incremento del 16% con la modificación de la ley de presupuestos de 2024, sin ningún mecanismo de control.
Mientras tanto, han querido seguir debilitando la red pública: no se financia adecuadamente y estamos muy lejos del 6% del PIB. Además, mientras desciende la natalidad, el Departamento de Educación ha aprovechado las fusiones para destruir puestos escolares públicos, favoreciendo siempre la red concertada.
Mesa vacía, sin valentía
La mesa contra la segregación no es un verdadero instrumento de acuerdo social y político. No se trata de solucionar el problema, sino de hacerle un lavado de cara.
Como base, el Departamento de Educación ha puesto sobre la mesa un informe que recoge el diagnóstico de la segregación en la CAPV y las respuestas a dar. Sin embargo, el informe no hace mención alguna a la estructuración del sistema educativo vasco en dos redes diferenciadas (la red pública y la red concertada), a pesar de ser un factor explicativo de la actual situación de segregación. Tampoco contempla la planificación, sobreoferta o cobros de cuotas. En contra de lo dicho por la Consejera Pedrosa, recoge que la matrícula viva no es una herramienta para corregir el nivel de segregación.
El diagnóstico recoge que las medidas adoptadas en los últimos 3 años ha rebajado el índice de desigualdad de la CAPV de 0,47 a 0,42. Es decir, un 42% del alumnado de 2 años debería moverse para que este índice sea 0. Esto demuestra que las medidas que se han adoptado a lo largo de estos 3 años no han servido para nada, máxime cuando, tal y como recoge la orden de aprobación, la distribución de las personas vulnerables se ha limitado al 10%.
Las medidas a adoptar ante la segregación son, sobre todo, continuar con las ya existentes. Llamar oferta a la demanda; continuar con la reserva de plazas en distribución de vulnerables; tomar medidas en la planificación, incluyendo fusiones de centros públicos; garantizar ayudas de transporte y comedor para que las personas vulnerables acudan al centro concertado, justo lo contrario a la escolarización de proximidad; o controlar el cobro de cuotas no justificadas.
El diagnóstico no es correcto en su totalidad, es muy conformista con los resultados de las medidas adoptadas en estos 3 años y las medidas correctoras de la segregación son las mismas que hay ahora.
Es decir, la dinámica establecida no es transparente y las decisiones vienen tomadas de antemano. Las medidas que actualmente están en marcha no son favorables a la inclusión, sino todo lo contrario: siguen dividiendo el sistema educativo, dando prioridad a la red privada y primando los intereses particulares sobre los colectivos.
Propuestas de STEILAS:
La superación de la segregación escolar exige cambios estructurales que requieren valentía política. En STEILAS lo tenemos claro:
– Hay que superar el sistema educativo dual y convertir la red pública en única. Aumentando y reforzando la red pública, por encima de los intereses particulares de las patronales hay que erradicar el modelo concertado y abrir vías jurídicas para la integración de estos centros en la red pública, garantizando los puestos de trabajo y las condiciones del personal.
– El derecho de elección de las familias no puede prevalecer sobre la cohesión social y la igualdad de oportunidades. Deben prevalecer los derechos colectivos.
– Hay que fomentar la escolarización de proximidad real, reduciendo el alumnado transportado, hasta conseguir una educación ecológicamente sostenible y reducir al mínimo la huella ambiental.
– La etapa 0-3 debe ser gratuita e integrada en el mapa de la educación pública, garantizando todo el recorrido.
– La educación pública debe ser propia, euskaldun, laica y feminista porque son condiciones imprescindibles para garantizar la inclusión. Extendiendo el modelo de inmersión, expulsando la religión de las aulas y fortaleciendo el feminismo.
– Se requiere una única oficina de matriculación que garantice procesos transparentes de admisión.
– Hay que sacar a la educación de la lógica del mercado; alejándola de intereses y negocios particulares.
– Hay que acabar con la sobreoferta y organizar toda la oferta a través de la planificación pública.
– Hay que dar pasos para que los comedores y las actividades extraescolares sean gratuitas para garantizar la igualdad de oportunidades.
– Las escuelas deben ser democráticas, alejándose del modelo gerencial, para responder a las realidades locales.
– Es necesario eliminar los contratos programa, dotando directamente de recursos a los centros de alta complejidad, sin someterlos a la competencia ni a proyectos burocráticos.
Conclusión
Las mesas vacías no son una solución. No bastan los eufemismos ni los intentos de lavado de cara. Afrontar la segregación escolar requiere de una verdadera voluntad y valentía política, lo que significa superar el sistema dual y construir una única red pública. Esta es la única vía para garantizar la igualdad de oportunidades y la cohesión social de todo el alumnado.
Para ello pedimos una vez más desde STEILAS valentía política para no engañar a la sociedad.
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