• el proyecto está hipotecado por el constante aumento de la amortización de la deuda y la obsesión por la reducción del déficit

  • Un año más (y van 7) se mantienen las políticas de recortes impuestas desde Madrid y Europa

  • los presupuestos para educación son poco esperanzadores

Tal y como hemos venido advirtiendo reiteradamente, el proyecto de presupuestos para 2016 está hipotecado por el constante aumento de la amortización de la deuda y la obsesión por la reducción del déficit público, que se han comido el aumento de recaudación habido. Así, aunque el gasto aumenta un 2,8% ( 294 m de €), el gasto real de los departamentos solamente sube un 1,1 % , ya que el resto se dedica al pago de la deuda. Esa subida, además, queda anulada por el impacto del IPC (el 1,2% hasta septiembre).

Un año más (y van 7) se mantienen las políticas de recortes impuestas desde Madrid (Gobierno de Rajoy) y Europa (Merkel). Así mismo, se consolida el recorte del 7% en la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) impuesto por Gema Zabaleta. La subida salarial, del 1% contemplada para las empleadas y empleados públicos resulta irrisoria comparada con la pérdida de poder adquisitivo de los últimos años, cerca del 20%. Ni tan siquiera van a devolver la parte que queda pendiente de la paga extra de 2012.

Analizando los presupuestos para educación, constatamos que los datos son poco esperanzadores. La partida correspondiente a educación pasa de ser el 24,1% del presupuesto global al 23,8 % y, según las previsiones del Gobierno Vasco, sigue bajando respecto al PIB: 3,95% en 2014, 3,88 en 2015 y 3,84 en 2016.

Nos reafirmamos en que sin un cambio de las políticas públicas no hay salida a la crisis. Estamos a la cola de la Unión Europea en la presión fiscal, con ocho puntos menos. Hace falta una política fiscal nueva que sirva para cubrir las necesidades reales de las personas y no de los mercados y transnacionales.