Vivimos tiempos difíciles, esta pandemia ha sacudido con fuerza y castigado de forma cruel a la mayoría de nosotras y especialmente a quienes, ya antes de esta crisis, habíamos sido relegadas a los márgenes. No está siendo fácil ver pasar la vida desde ventanas y balcones, ver nuestras calles y plazas vacías, mientras nuestra gente se juega la vida, y la pierde, por cuidar del resto. Y está siendo mucho más duro de gestio- nar, al saber que muchas personas están siendo obligadas a arriesgar su salud para salvaguardar los inte- reses del capital. En estos tiempos de con namiento ha vuelto a quedar muy claro cuáles son los únicos intereses de unos pocos, que han antepuesto sus miserables bene cios a la salud y el bienestar de la gente, pero también cuáles son los nuestros.

Vivimos tiempos difíciles sí, pero los nuestros, los de las trabajadoras y trabajadores y otros colectivos vulnerables; siempre lo fueron. El capital, al igual que este virus, es una realidad muerta que necesita de la vida para reproducirse aunque para ello tenga que acabar con ella. Antepone la explotación de las perso- nas y del medio ambiente frente a los derechos y la sostenibilidad, la especulación frente a los trabajos esenciales, el individualismo frente a la empatía y la solidaridad, en de nitiva, el capital frente a la vida.

Es un virus agresivo y letal, lo sabemos bien porque, este sistema capitalista y heteropatriarcal, es el mis- mo virus al que llevamos enfrentándonos desde siempre; pero nosotras sabemos cuál es el antídoto; vo- sotras y vosotros sois la única vacuna. Frente a la muerte y la destrucción, la solidaridad de clase y la vida.

Por solidaridad y responsabilidad hemos vaciado las calles y plazas; por las mismas razones, más pronto que tarde, volveremos a llenarlas. Este 1 de mayo será, sin duda, especial; nos asomaremos a ventanas y balcones con la convicción de que éste tiene que ser el principio del n, de que ésta es nuestra opor- tunidad para cambiarlo todo, porque si algo ha quedado claro durante estos días es que sus recetas, su heteronorma, sus políticas neoliberales, sus imposiciones no nos sirven para nada, que frente a su mundo oscuro y gris nosotras tenemos una alternativa llena de luz y de colores. Frente a la muerte, nosotras, elegimos la vida.

Este 1 de mayo borraremos el miedo y la imposición, el desgobierno de militares y policías, de los txiba- tos de balcón, y organizadas desde nuestras casas y nuestros centros de trabajo, les diremos alto y claro que se ha acabado su tiempo, que es hora ya de poner las vidas en el centro, que ya no estamos dispues- tas a renunciar a nada, porque ha quedado en evidencia, que sin nosotras, no pueden sostener su paraí- so arti cial, porque nosotras somos esenciales y nuestras vidas valen muchísimo más que su mierda de bene cios.

Este 1o de mayo es un buen momento para volver a reivindicar unos servicios públicos básicos universa- les. Servicios públicos como la sanidad, la educación y de los cuidados que se han demostrado vitales para hacer frente a la situación de emergencia y que seguirán siendo imprescindibles para proteger a las per- sonas más vulnerables de las consecuencias y recortes que nos querrán imponer el capital aprovechando, una vez más, esta crisis sistémica.

Nosotras lo tenemos muy claro, primero las personas, no hay otra opción; frente a su “normalidad”, su individualismo y la muerte, nosotras elegimos la diversidad, la solidaridad y la vida. La vida al centro.

#BizitzaErdigunean
GORA LANGILEON BORROKA! GORA MAIATZAREN LEHENA!