Hoy mismo se ha publicado el anteproyecto de la Ley de Educación y, al parecer, habrá un mes para poder hacer aportaciones. Es evidente que quieren finiquitar la Ley de Educación lo antes posible, entre otras razones, por las necesidades políticas del gobierno. Por ello, en lugar de debatir con nosotras los términos de la ley, el Departamento ha decidido presentar directamente un borrador. Es por eso que queremos recordar que esta no es una ley elaborada con la participación de sindicatos y agentes sociales.

La ausencia de esta participación es evidente. De hecho, las aportaciones y denuncias que hasta ahora hemos hecho públicas de forma expresa desde diversos agentes sociales y desde STEILAS no tienen reflejo en el documento. Este proyecto de ley se limita a desarrollar el documento de bases ya aprobado por la Comisión de Educación y va en la misma dirección. El punto de partida, es decir, el concepto Servicio Vasco de Educación, que ha inventado el departamento, no ha sido corregido y sigue siendo totalmente privatizador, sin priorizar la Escuela Pública Vasca ni recoger las aportaciones que hemos hecho diferentes agentes educativos.

Los decretos de planificación o de conciertos son claros ejemplos del espíritu privatizador de esta ley, ya que conllevarán el cierre de muchos centros públicos. Por si fuera poco, el departamento también propone fusiones de centros públicos para aumentar estos cierres, fusiones que el Departamento no puede realizar en centros privados, ya que no tiene la misma competencia.

Por lo tanto, es evidente que la clave está en la titularidad de los Centros, el concepto Servicio Público de Educación no es más que un eufemismo perverso para legislar un rescate a los centros privados. También recordamos que la titularidad es imprescindible para garantizar, entre otras cosas, la presencia y el futuro del euskera en los centros educativos. Y este anteproyecto de ley no pone al euskera en el centro.

Hoy en día los centros de titularidad privada tienen competencia sobre muchas cosas (aprobación, financiación…), así como sobre la ley que tantas veces vulneran. El texto habla también de gratuidad, pero recordamos que aunque la ley de 1987 prohíbe el cobro de cuotas, este año se seguirán cobrando. Las ventanillas únicas de matriculación solicitadas reiteradamente desde STEILAS no aparecen ni siquiera en el texto. Estas darían transparencia al proceso de admisión, pero en su lugar aparecen las oficinas de información, aunque recordamos que estas figuras ya existen.

No tenemos ninguna duda de que esta ley, que busca la supervivencia de los centros privados, hará que la segregación aumente, y numerosos estudios ratifican lo que decimos. Por lo tanto, es inútil establecer medidas contra la segregación que ya han demostrado ser ineficaces, ya que sólo sirven para poner parches al sistema dual que segrega estructuralmente.

Por todo esto, tenemos claro que esta no es la ley educativa que necesita nuestra sociedad. Así que, STEILAS tiene como objetivo buscar alianzas con la comunidad educativa y con aquellos agentes que quieran sumarse para mostrar nuestro desacuerdo ante esta ley y llevar adelante las movilizaciones necesarias.