Ante la inminente llegada de la futura Ley de Educación al parlamento, tenemos motivos suficientes para estar preocupadas, ya que los decretos y órdenes sobre los que se sustenta el documento, y que ya son públicos, ponen en serios aprietos a la educación pública.

Claro ejemplo de esto es el Decreto 132/2022 de admisión del alumnado, el cual recoge que la planificación de la oferta de plazas escolares debe adecuarse a las necesidades reales de escolarización, evitando la sobreoferta y la infraoferta. Evidentemente, evitar la sobreoferta por parte de los centros concertados es la herramienta clave para evitar la segregación y así convertir a la Escuela Pública Vasca en el eje vertebrador del sistema. Sin embargo, aun cuando los conciertos se han modificado ligeramente, se mantiene una apabullante sobreoferta por parte de la privada-concertada, podemos mencionar municipios como Andoain o Zamudi, donde tal solo un %15 de la oferta es pública.

En declaraciones recientes de la viceconsejera mencionaba que en lugar de limitar la oferta ahora, ésta se modificará tras la matricula, es decir, posteriormente. Pero la planificación es algo previo; si en un municipio en el que nacen 70 niñas y niños, se le da a un centro privado-concertado la posibilidad de matricular a 50 gratuitamente, luego no se podrá limitar esa matrícula, ya que se comenzó sobreofertando y generando un desequilibrio a favor de la privada-concertada. Resulta evidente que la planificación actual se ha realizado sobre la oferta de los centros concertados.

En esas declaraciones la consejera también mencionaba que habrá criterios para valorar la vulnerabilidad del alumnado. Sin embargo, más allá de estas afirmaciones, sigue sin hacerse público cuáles serán estos criterios y tampoco constan en ningún decreto. Curiosamente citaba, como si de una medida se tratará, la confianza depositada en las familias. Desde STEILAS insistimos en que la confianza no puede ser el único dispositivo para articular un sistema que obviamente tiende a buscar resquicios para reproducir lógicas de segregación. Además, los cuestionarios a rellenar por el alumnado no requerirán de ningún tipo de documentación que acredite las respuestas, por lo que las respuestas quedan a merced, entre otras, de la competencia lingüística de las familias, de su percepción sobre el entorno e incluso de la posibilidad de sentirse coaccionadas.

Si atendemos al propio cuestionario, también es discutible su capacidad para evaluar la vulnerabilidad, ya que no tener televisión de pago y tener menos baños o coches no siempre es una señal de vulnerabilidad, también puede ser fruto de una elección política. A esto se le suma que los datos concretos de los que disponemos en la actualidad, aquellos realizados sin encuestas y que supuestamente miden el nivel de vulnerabilidad de los centros, no se corresponden con la realidad existente ni con el número de becarios y becarias del centro.

La orden del 21 de diciembre, mediante la cual se pretende regular la distribución equilibrada del alumnado vulnerable, conlleva una reorganización que consiste en ampliar las áreas de influencia. Esto tendrá consecuencias negativas; por ejemplo que el alumnado tenga que coger autobuses para ir a sus centros, que se amplíe el área de oferta de los centros concertados o que algunos municipios no necesiten tener oferta pública porque ya existe en el área de influencia.

Y es que en la medida en la que no se limite la sobreoferta, ciertas disposiciones, por ejemplo la de valorar más la proximidad al centro, serán inútiles, ya que en ciertos pueblos no habrá necesidad de baremación.

La educación de Km-0 ha sido una de las reivindicaciones históricas de Steilas. Pero es que ahora que lo público y lo privado se han igualado de forma incomprensible, ahora que se pretende trasladar al alumnado vulnerable de la pública a la privada, la cercanía no puede prevalecer sobre otros criterios. Y con esto nos referimos por ejemplo a que se debe garantizar un puesto escolar público de modelo D para todo el alumnado, aun cuando no sea el más próximo.

En resumen, nosotras tenemos claro que este no es el camino para asegurar la inclusión y la cohesión social, para lo que, ante el descenso de natalidad habría que limitar considerablemente la oferta de educación privada y, al mismo tiempo, hacer de la educación pública el eje del sistema, aumentando, por supuesto, la inversión y los recursos.

Además, queremos denunciar que aunque se hace público que en la etapa 0-2 el Consorcio Haurreskolak será gratuito, todavía no sabemos cómo se hará. Las familas preguntan constantemente, puesto que ya pueden apuntarse en las privadas pero la inscripción en la pública se hará en mayo y no se conocen los baremos. Además, no existe por parte del Departamento de Educación ni en el Consorcio Haurreskolak reflexión sobre la oferta. No sabemos si hay suficiente oferta en los pueblos, pero sí sabemos que en muchas capitales hay listas de espera y no parece haber intención de crear las plazas necesarias, lo cual es muy grave. En el borrador de la ley de educación se recogía que el Consorcio Haurreskolak iba a ser reforzado, pero hoy por hoy no se ha hecho nada en esa dirección.

Condiciones Laborales

Resulta evidente que hace ya tiempo que la educación pública se ha convertido en subsidiaria de la privada, entre otras cosas porque no existe ninguna preocupación por las condiciones laborales de su plantilla. Tanto es así, que el departamento se ha bunquerizado ante las demandas y necesidades de las y los trabajadores, no atendiendo sus consultas y peticiones, a las vez que aumenta su carga de trabajo. Los centros educativos se colapsan, fruto de las decisiones adoptadas por el Departamento: se han organizado grandes formaciones sobre digitalización y currículum, aunque vacías de contenido, tenemos cada vez menos recursos para el alumnado con necesidades especiales, se han multiplicado las tareas de los equipos directivos, el Departamento propone no pagar el mes de julio al profesorado sustituto, cada vez se ponen más dificultades para el disfrute de licencias y permisos…

Por si esto fuera poco, los Berritzegunes, sosten de la educación infantil y primaria han sido reorganizados de una forma unilateral y apenas informada. En esta reorganización se han dejado de sustituir algunas jubilaciones y se pone en juego la calidad del sistema educativo. Este tipo de cuestiones solían ser negociadas y consensuadas con los sindicatos, pero de un tiempo a esta parte el Departamento actúa de forma unilateral ya que las mesas de negociación parecen lugares meramente informativos. Por lo tanto, más allá de la disposición a hablar, pedimos al Departamento eficacia y negociación, porque no se trata de que estemos entretenidas, sino de mejorar el día a día de las y los trabajadores y del alumnado.

Matricúlate la escuela pública vasca
La escuela pública es sobre la que se sustentan las bases de un pueblo: la que garantiza la cohesión social, la herramienta imprescindible para la transmisión del euskera y de nuestra cultura para todo el alumnado, la que garantiza los conocimientos básicos, la que enseña a vivir en la diversidad que existe a día de hoy en la sociedad vasca. La escuela del siglo XXI es el punto de encuentro entre quienes piensan diferente y viven diferente.

La escuela pública ofrece la posibilidad de colaboración entre familias y trabajadoras; en los centros públicos tenemos la oportunidad de construir escuela mediante liderazgos compartidos y decisiones consensuadas. Son escuelas cercanas que recogen la realidad del barrio y del pueblo. Sin embargo, las oportunidades que se nos ofrecen requieren de un compromiso fuerte por parte de las y los trabajadores, así como de las familias. Las direcciones, por ejemplo, tienen una responsabilidad directa a la hora de abrir las puertas de la escuela y fomentar la participación; el resto del personal debemos estar abiertos a la participación y sugerencias de las familias. Las familias deben comprometerse a canalizar sus posibilidades de participación e implicación de manera eficaz. Y, afortunadamente, cada vez son más las escuelas publicas que están construyendo sólidas comunidades escolares.

Aunque el Departamento no cuide el futuro de los centros que son de su competencia directa, nosotras tenemos claro que nuestra apuesta es sin duda la enseñanza PÚBLICA. Y sabemos que no somos las únicas dispuestos a luchar por ello. Por eso, porque también vosotras estáis dispuestas a luchar por una sociedad justa, os llamamos a matricularos en la escuela pública vasca, porque es la única vía para luchar por una sociedad cohesionada y euskaldun. Porque es la escuela pública la única que asegurar que es vasca, inclusiva, feminista, laica, gratuita, de calidad, intercultural y compensadora de las desigualdades de partida del alumnado. Y eso es responsabilidad de toda la sociedad, apostemos por la Escuela Pública Vasca, la única que es de todas y para todas.