Hoy hemos ofrecido una rueda de prensa para mostrar nuestra crítica al proceso de (Des)estabilización docente en navarra:
El proceso de “estabilización” del profesorado en la educación pública está resultando un auténtico fraude. STEILAS ya lo denunció cuando se publicó el decreto foral de (des)estabilización. En total, se han convocado solo 766 plazas, tras realizar una interpretación absolutamente restrictiva, tanto del gobierno de España como del de Navarra, de la directiva europea, que dispone que la tasa de interinidad no puede exceder del 8%. Las expectativas de una solución al grave problema de interinidad que sufre la educación pública, de un 52% en 2021, se han frustrado totalmente.
En Nafarroa, debido al apartheid lingüístico y la Ley del PAI, la estabilización docente mediante concurso de méritos se ha desarrollado a través de tres procesos diferentes, al contrario del resto de administraciones educativas, donde ha habido un único proceso. Así, se han convocado plazas de los cuerpos estatales en castellano, plazas de los cuerpos estatales en euskera y plazas del pseudocuerpo foral del PAI.
En el primer caso, el Departamento de Educación ha participado en un procedimiento coordinado por el Ministerio de Educación, en el que el profesorado podía tomar parte conjuntamente en los procesos de estabilización de 14 comunidades autónomas. Este procedimiento “común” pretendía, supuestamente, que no se perdieran plazas de funcionariado al adjudicarse a una misma persona varias plazas en diferentes administraciones. Sin embargo, dicho procedimiento ha provocado que solo un 37% del personal funcionarizado en Nafarroa estuviera trabajando este curso en el sistema público del herrialde (89 de un total de 238). Por otra parte, una parte del profesorado interino con más puntuación se ha funcionarizado en otras comunidades.
La inscripción para las plazas en euskera había que realizarla en Nafarroa. No se podía realizar a través del procedimiento común, ya que Nafarroa es la única comunidad autónoma que segrega las especialidades en función de si se imparten en euskera o castellano. El porcentaje de profesorado estabilizado que está trabajando en el herrialde es del 78% (71 de un total de 77).
La inscripción en el concurso de méritos del PAI también debía realizarse en Nafarroa, y el porcentaje de personal estabilizado que trabajaba en el herrialde es del 91% (197 de un total de 217). Además, en este caso se realizan adjudicaciones complementarias cuando el personal, al cual se le ha adjudicado en primer término una plaza, renuncia o solicita una excedencia. Este hecho contrasta con las plazas de los cuerpos estatales, que se pierden si se renuncia tras la publicación de las adjudicaciones definitivas.
El tratamiento funcionarial ventajoso del PAI es la culminación de una política que ha pretendido dotar de recursos humanos estables al programa, a través de subterfugios como convocar oposiciones de especialistas de inglés para luego ser personal tutor, o realizar entresacas de profesorado de las listas de contratación con titulación de inglés para constituir pseudolistas de contratación PAI. Han inventado un pseudocuerpo docente para disminuir la inestabilidad intrínseca del PAI, ya que mucho profesorado abandonaba estas plazas en cuanto podía. Se facilita la funcionarización, pero se encierra al profesorado en un sistema de consecuencias imprevisibles.
La intención del Departamento de sustituir la plantilla docente por una plantilla PAI ha entrado en una nueva dimensión. Hasta ahora, el Departamento controlaba los plazas con requisito de inglés; con la Ley del PAI, también controla la funcionarización de dicho profesorado, y lo confina a ese tipo de plazas.
La tan cacareada estabilización solo ha llegado al PAI. Cada año se jubila en la educación pública una media de 328 docentes, por lo que la convocatoria de 766 plazas en el proceso de estabilización en dos años no reducirá prácticamente nada la interinidad, a excepción del PAI. En las plazas de los cuerpos en castellano, la mayor parte del personal funcionarizado tratará de moverse a otra administración, y el número de plazas convocado en euskera es muy escaso para que tenga un efecto significativo.
Un nuevo gobierno “progresista” del mismo estilo que el que está en funciones no traerá más que inestabilidad y apartheid a la educación pública.
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