Abdullah Öcalan es un líder político kurdo,considerado por millones de kurdos como su representante político. En febrero de 1999, Öcalan fue secuestrado en una operación orquestada por varios servicios de inteligencia y enviado a Turquía. Desde entonces se encuentra en prisión, aislado de todo contacto con el mundo exterior, a menudo durante años. Ha sido sometido a torturas y otros tratos crueles y degradantes.
A pesar de esto, el movimiento construido por Öcalan y las personas inspiradas por él se encuentran al frente de la lucha kurda por la autodeterminación y de los movimientos multiétnicos y multirreligiosos por la democracia en Oriente Medio. Sus teorías han inspirado a quienes luchan por la autodeterminación, la liberación de las mujeres y el fin de las situaciones de desigualdad y explotación en todo el mundo.
La “Cuestión kurda” sin resolver en Turquía —los conflictos y la inestabilidad política derivados de la negación violenta por parte de Turquía de los derechos civiles y políticos de 20 millones de ciudadanas y ciudadanos kurdos— ha costado miles de vidas, desplazado a millones de personas y empoderado a ultranacionalistas, fundamentalistas religiosos y autócratas en todo el mundo. Está relacionada con muchos de los más serios conflictos regionales y globales que impactan en la vida y el bienestar de millones de personas: ocupación, racismo, opresión delas mujeres, intolerancia religiosa, explotación económica,y destrucción del medio ambiente.
Kurdistán está dividido entre cuatro Estados: Turquía,Irán, Irak y Siria. Fueron las potencias europeas, entre ellas Gran Bretaña y Francia, quienes crearon estas divisiones hace un siglo. La habilidad de Turquía para llevar a cabo la guerra contra los kurdos por todo Oriente Medio es el resultado de décadas de apoyo incondicional de los Estados Unidos y otros miembros de la OTAN, y la nueva estrategia de Turquía de enfrentar a esas potencias con otros Estados, como Rusia e Irán, para extraer concesiones antikurdas de todas las partes.
Las soluciones de Öcalan son internacionales,su marco para una solución política a la Cuestión kurda podría poner fin a un siglo de guerra y opresión en Turquía y los países vecinos. Las teorías universales que sirven de marco a sus soluciones son un modelo para las personas de todo el mundo que buscan alternativas a las grandes crisis de nuestro tiempo: desde la creciente desigualdad hasta el cambio climático,pasando por el ascenso de autócratas de extrema derecha que se aprovechan de la creciente desilusión con el sistema.
Cuando Öcalan sea libre de participar en un proceso político para resolver la cuestión kurda y seguir desarrollando sus ideas, el resultado será más libertad y más paz para todos nosotros. Por desgracia, los dirigentes autoritarios de Turquía lo saben y temen enormemente este escenario; por lo que, con el apoyo de la comunidad internacional, han mantenido aislado a Öcalan durante casi tres años para mantener su dominio del poder y prolongar sus interminables guerras.
También nos preocupa más que nunca la seguridad y el bienestar de Öcalan. El aislamiento está reconocido internacionalmente como una forma de tortura. Que esta forma de tortura se prolongue durante tres años es extremadamente peligroso. No sabemos nada sobre la suerte de Öcalan, más allá del hecho de que recientemente ha recibido»medidas disciplinarias» para bloquear reuniones bajo falsos pretextos y que supuestamente ha recibido amenazas de muerte.
El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa se encarga de vigilar las condiciones penitenciarias en Turquía y otros Estados europeos. El Comité y otras instituciones europeas (la Unión Europea y el Consejo de Europa) no han exigido regularmente responsabilidades a Turquía por sus violaciones sistemáticas de su propio derecho y del derecho internacional en relación con el caso de Öcalan. El Consejo de Europa, la Unión Europea y el Comité de Prevención de la Tortura pueden y deben hacer más para cumplir su misión.
Esta situación es insostenible. Por esta razón, hacemos la siguiente petición: El líder kurdo Abdullah Öcalan debe poder reunirse con sus abogados y su familia.
Y, en última instancia, ser liberado en condiciones que le permitan desempeñar un papel en la búsqueda de una solución política justa y democrática al conflicto kurdo de Turquía, que dura ya décadas.
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