La otra cara de la moneda de la gratuidad: la precarización de la contratación, el control sobre las familias y las normativas impuestas.

La propuesta que se nos ha presentado en la última Mesa de negociación del Consorcio Haurreskolak es inaceptable: está más cerca de la vulneración de los criterios de contratación que regula la reforma laboral para reducir la interinidad y la precarización. La normativa establece que los contratos por acumulación de
tareas pueden ser de un máximo de 6 meses. La propuesta de la empresa es aumentar la duración a 9 meses, lo que requeriría la aprobación de los sindicatos. Sabiendo que en 24 meses solo se puede estar un máximo de 18 meses con ese tipo de contrato, esta política de contratación va en la dirección contraria a la estructuración de puestos de trabajo que STEILAS ha reclamado reiteradamente. La Administración amenazó con debilitar al Consorcio Haurreskolak y limitar los puestos escolares si los sindicatos no aceptábamos esta medida que trata de perpetuar la precariedad de las personas trabajadoras.

Por si todo esto fuera poco, el Gobierno Vasco destinará un mínimo de 12.250.000,00 euros de dinero público a los centros privados de la etapa 0-3, mientras amenaza con la limitación del servicio en los centros públicos del Consorcio Haurreskolak. En esta limitación se encuentran las condiciones de acceso y el control que se han impuesto a las familias.

Se pone de manifiesto que la gratuidad y universalidad del Consorcio Haurreskolak no es una prioridad para el Departamento de Educación, ya que, ante el incremento de matriculación que supone la implementación de la gratuidad en las Haurreskolas, ha quedado clara la falta de inversión en la implantación de recursos personales, lo que debilita el servicio público, deteriorando la calidad de éste. Prueba de ello ha sido la matriculación de este año, sobre todo en las capitales. La oferta de puestos escolares públicos ha sido escasa, quedando muchas familias fuera del servicio. Por ello, de cara a los próximos años, es necesario ampliar también el número de puestos escolares en las Haurreskolak, para que la oferta sea realmente universal.

Por otro lado, todo esto incidirá directamente en el servicio que reciben las familias, ya que si no se garantiza la suficiencia y estabilidad de la plantilla desde el punto de vista dotacional, el servicio que recibirán no estará adaptado a las necesidades reales.

Vender gratuidad y universalidad en el escaparate de la nueva Ley de Educación es inútil si no se utilizan los recursos necesarios para hacer frente a la situación, y, además, cuando al mismo tiempo se pretende hacer equilibrios con la red privada.

Desde STEILAS exigimos un verdadero servicio público, gratuito y universal!!