25 de Noviembre: Quiero ser libre, no valiente [pdf]

En su socialización tanto a las mujeres como a los hombres se nos han impuesto unos modelos estereotipados de conductas. De las mujeres se espera que muestren vulnerabilidad, temor o inseguridad y por tanto, que tengan necesidad de protección. Por el contrario, tal y como podemos observar en las películas, series o en los cuentos infantiles tradicionales, la valentía se ha considerado una cualidad inherente a los protagonistas masculinos. Los héroes son capaces de enfrentarse en solitario a múltiples obstáculos y adversidades, aunque a veces cuenten con la ayuda de elementos mágicos.

A lo largo de la historia, podemos encontrar muchos ejemplos de mujeres que han tenido que ocultar su condición femenina o han tenido que disfrazarse de hombres para poder llevar a cabo acciones que de otra manera les hubiera sido imposible de realizar. Podemos recordar entre otras a: Juan VIII, que en realidad era Juana y fue Papa durante 2 años y 7 meses en el S.IX;Catalina Erauso, la Monja Alferez, nacida en Donostia en 1592 y que vivió una vida plena de peripecias y aventuras vestida de soldado; Mary Read, pirata londinense del S.XVII o Margaret Ann Bulkey, convertida en James Barry para poder estudiar y ejercer la medicina en el S.XIX; Concepción Arenal, que tuvo que vestirse de hombre para asistir a la universidad o Dorothy ( Billy) Tipton, pianista y saxofonista en Oklahoma hacia 1940. Por otra parte, es de sobra conocido que muchos hombres se han visto y se ven obligados a reprimir sus emociones y a actuar de una manera poco acorde con su personalidad para seguir los dictados de una masculinidad imperante.

En la actualidad, aunque los estereotipos de valentía y vulnerabilidad sigan vigentes, cada vez es más frecuente que a las mujeres se les pida que tengan conductas opuestas al modelo estereotipado, invitándoles a mostrar valentía y a enfrentarse a variadas situaciones que implican un riesgo real. Se les pide que denuncien las agresiones machistas, aún a riesgo de que éstas se intensifiquen; se les invita a que se enfrenten a los peligros que entraña moverse en espacios poco seguros…. Por el contrario, en el caso de los hombres, siguen sin estar bien valoradas las conductas tradicionalmente adscritas a las mujeres. Es decir, las características consideradas masculinas se valoran positivamente en ambos sexos y las consideradas femeninas negativamente.

Este año, en el sindicato steilas hemos elegido como lema para conmemorar el 25 de noviembre y para elaborar materiales didácticos para los centros escolares el lema “quiero ser libre, no valiente” dotándolo de un doble significado. Por una parte, queremos reivindicar el derecho a un desarrollo personal libre de la imposición de los estereotipos de género, sin temor al rechazo o a la agresión por ejercerlo. Por otra, queremos hacer consciente tanto a las chicas como a los chicos, de la necesidad de respetar a todas las personas tal como son o quieran ser y de que haya medidas sociales que permitan a todas las personas ser libres y moverse en todos los espacios con libertad sin temor a que se ejerza la violencia sobre ellas porque, aunque pueda ser bueno mostrar valentía en determinados momentos de la vida, no debería ser necesario mantenerse permanentemente alerta.

Queremos poner el acento en el buen trato entre las personas, en el apoyo mutuo y en la necesidad de crear redes sociales. Pero también vemos necesario reivindicar espacios seguros para que las mujeres, sean o no valientes, puedan vivir en libertad.