Más de 300 mujeres marroquies han sido despedidas y expulsadas del estado español tras denunciar su situación de explotación en Huelva

Basta de contratos de explotación! Basta de considerar a las personas de los países del  Sur como mano de obra barata. Nuestro apoyo a las mujeres marroquíes trabajadoras del campo que han  denunciado en Huelva condiciones laborales de explotación.

Conocemos las dificultades de la población extranjera de los países del Sur y en este caso concreto de la población Marroquí para ingresar al Estado Español. Existe un muro de una decena de kilómetros, y que en algunos lugares tiene alambres de púas y hojas afiladas,  que impide el acceso terrestre a la población de los territorios bajo el gobierno el español de Ceuta y Melilla. Sin embargo, las mujeres marroquíes, a las que nos referimos con este comunicado,  han entrado de manera legal, con contratos firmados en Marruecos que les cubría su estancia; pero al llegar al Estado Español se encontraron con que ellas tenían que asumir gastos que no estaban especificados en sus contratos (luz y agua, vivienda,…),  y con viviendas en malas condiciones.  

El Estado Español está siendo complice de la explotación de jornaleros y jornaleras del campo, al avalar contratos de trabajo condiciones laborales  deprimentes.  Las mujeres marroquíes trabajadoras del campo, han denunciado  no sólo el incumplimiento de lo pactado en el contrato de trabajo que firmaron en su país de origen sino también el abuso sexual por parte de un hombre de 47 años de edad que ejercía como supervisor de un grupo de trabajadoras. 

Desde la Emakumeen Mundu Martxa de Euskal Herria, denunciamos la violencia  que las empresas agroalimentarias están usando en la producción de alimentos. Violencia que se ejerce contra  los cuerpos  de población migrante en situación administrativa regular (las traen con contrato desde sus países de origen) para producir lo que el norte consume. 

Denunciamos los contratos de trabajo de explotación y precariedad laboral a los que las poblaciones del sur se ven obligados aceptar para sobrevivir. 

Denunciamos una vez más a los estados y a las industrias del norte que están siendo parte de la estructura capitalista, colonialista y patriarcal del sistema global, en particular de la industria alimentaria que se centra en la explotación de las mujeres de los países del sur.