‘Multitud de latidos están en marcha en la escuela pública, multitud de corazones, multitud de proyectos. ¡Viva la escuela pública vasca! ¡Claro que sí! ¡Viva la escuela pública vasca que tenemos, y sobre todo, la que queremos tener!’. Así empezamos un artículo de opinión que publicamos el curso anterior.

En este comienzo del curso 2019-2020, seguimos manteniendo, con más fuerza que nunca, esta reivindicación que tiene cada vez más repercusión en nuestra sociedad. Multitud de latidos construyen diariamente las escuelas de nuestros barrios y pueblos, cada cual en su ámbito: trabajadores y trabajadoras de la enseñanza, familias, alumnado… Somos cada vez más fuertes y la escuela pública, diariamente demuestra su carácter público y universal . Viva lo que tenemos y lo que queremos tener es lo que escribimos, ya que tenemos mucho trabajo las personas que conformamos la comunidad educativa: Tenemos que reforzar la participación, abrir las puertas de las escuelas a la comunidad, hacer los órganos de decisión más participativos y sin tendencias mercantilistas, tenemos que realizar una gran labor en el ámbito pedagógico. Es responsabilidad de todas y todos.

Desgraciadamente, no podemos incluir a los gobiernos de EAE y Navarra entre quienes impulsan estas reivindicaciones, las cuales deberían de ser una clara apuesta de nuestro pueblo. El Gobierno del cambio en Navarra no cumplió muchos compromisos adquiridos con las escuelas y los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza: cientos de interinos e interinas no han cobrado lo que les correspondía en verano, y además, otros apartados del acuerdo no se han desarrollado. Por esta razón, seguiremos con las movilizaciones.

Los dos gobiernos mantienen como eje de sus políticas educativas ‘la demandas social’ y ‘el derecho de las familias a escoger centro escolar’; puntos que recoge la LOMCE, y que constituyen las bases del paradigma capitalista en la educación. Es el eufemismo de la privatización y la desregularización. Según la LOMCE las administraciones tienen que ofrecer las plazas necesarias teniendo en cuenta la oferta de las escuelas públicas y las escuelas privadas concertadas, y las demandas de las familias. Éste es el mayor medio para privatizar y el recurso que más utilizan las escuelas excluyentes. Existen más herramientas al respecto: la financiación universal de las guarderías privadas del ciclo 0-2 años, el fraude en la matriculación proveniente de esta situación, ante las cuotas ilegales la administración mira al otro lado, dejar en manos de los empresarios la Formación Profesional… Y la Universidad es caso aparte. La dejación que vive UPV-EHU es equivalente al crecimiento de las universidades privadas. En Navarra, la sobrefinanciación de las universidades privadas y la exclusión del euskera son los ejes de su política educacional. De todos modos, antes de que se implantara LOMCE también eran habituales las políticas de clientelismo entre las escuelas privada concertadas, las universidades privadas y el Departamento de Educación para priorizar la red privada.

Y las consecuencias de todo ello son la segregación y la exclusión. Otra clara consecuencia de las políticas de privatización de los Gobiernos de Navarra y del de la CAPV es la precarización de las trabajadoras y trabajadores. Por ello, en este momento no es suficiente con afirmar que la escuela pública tiene que ser el eje del sistema. Tenemos que reclamar que necesitamos una única escuela para todo el sistema educativo vasco, anteponiendo como pueblo lo público, la igualdad de oportunidades y derechos colectivos de nuestros niños y niñas y jóvenes. La iniciativa privada no puede convertirse en bastión o vía de escape para la gente que no quiere que sus hijos e hijas estudien en euskera, para quienes no quieren mezclarse con diferentes o para quienes quieren imponer una educación religiosa a sus hijos e hijas. La administración pública no puede ser cómplice de estas actitudes.

La ley de educación de la CAPV está llamando a la puerta, una ley que, al parecer, se basará en la LOMCE y será flotador de las escuelas privadas. Si bien los problemas a resolver son varios, todavía no sabemos cual será su objetivo. Parece que el PNV quiere construir el ‘Servicio Vasco de Enseñanza’, un invento neoliberal que englobaría la escuela pública y privada, eternizando, de esta manera, la red privada. Con el argumento de dar más autonomía a los centros se busca la desregularización del sistema para aumentar la competitividad: reforzando el inglés en detrimento del euskera, aumentando la financiación sin condiciones de la red privada. Decimos sin condiciones, porque Cristina Uriarte ya lo ha expresado recientemente de manera clara: Si hay demanda, el PNV seguirá concertando centros privados.

La estrategia de las administraciones, decir una cosa y hacer quién sabe qué, es pura hipocresía. Muchas palabras sobre igualdad e inclusión, pero no hay voluntad para garantizar los derechos de igualdad entre desiguales. Necesitamos acciones que conviertan nuestra educación en instrumento de cohesión, no hay más que ver lo que ocurrió con SKOLAE el curso pasado. Por todo esto, seguiremos trabajando por una escuela pública vasca que sea de todos y todas, para todas y todas y desde una pedagogia feminista.