Un año más, como consecuencia de las políticas migratorias de la UE, miles de personas han muerto y continúan muriendo cada día en nuestras fronteras: cruzando el Mediterráneo, el Atlántico o el Canal de la Mancha; abandonadas en el desierto, bajo un camión o en los centros de internamiento; de frío, de hambre o de sed.

En la mayoría de los casos estas personas mueren sin despedidas, sin nombre, ahogadas en el mar. Sus familias y gente amiga no pueden recuperar sus cuerpos. No son los mares los que matan, son gobiernos que no crean vías seguras y legales para llegar, son traficantes de vidas, son barcos de rescate que no atienden las llamadas, son policías de fronteras como Frontex que impiden el paso, son empresas que despojan de los recursos a sus países y obligan a migrar, y es también la indiferencia de  mucha parte de la ciudadanía ante el sufrimiento innecesario y la injusticia hacia seres humanos a los que se despoja de humanidad.

¡No en nuestro nombre! Desde Ongi Etorri Errefuxiatuak y muchos otros colectivos, hemos elegido no permanecer en la pasividad y denunciar esta terrible injusticia.

La política migratoria y de asilo de la UE y los gobiernos, también el nuestro, han construido un discurso basado en tratar a las personas que migran como delincuentes para justificar el cierre de fronteras y los planes de contención migratoria que provocan la muerte de tantos miles de seres humanos cada año, dentro y fuera de los muros de esta Europa Fortaleza.

Es urgente restituir la práctica del derecho internacional de asilo para garantizar mecanismos de llegada a todas las personas, así como la abolición de la vigente Ley de Extranjería en el estado español.

Euskal Herria también es parte de esta manera de actuar contra las personas que migran, también aquí encuentran fronteras infranqueables en Irún, donde se aceptan las ilegales devoluciones en caliente. Tampoco les garantizamos su derecho a migrar y somos parte de los obstáculos que encuentran en su proyecto migratorio cuando transitan por nuestro territorio.

En este año 2021, ocho personas han muerto en el país vasco intentando cruzar una frontera más de su viaje y desde Ongi Etorri Errefuxiatuak queremos expresar nuestra indignación y rabia  ante la indiferencia y  el abandono de las instituciones que nos gobiernan.

No sólo hay que establecer vías reales, legales y seguras para las migraciones; es también urgente trabajar en la raíz de los problemas, en las causas que obligan a las personas a verse en la necesidad de migrar poniendo en peligro sus vidas. Las muertes en las fronteras de Europa no son una catástrofe natural, son muertes que se pueden y deben prevenir y evitar para acabar con esta tragedia cotidiana.

937 personas muertas en su intento de llegar a Canarias, entre ellas más de 80 niñas y niños y más de 215 mujeres.

1350 personas muertas o desaparecidas en el Mediterráneo.

41 vidas perdidas en la frontera entre Turquia y Grecia.

98 muertes de migrantes entre el Cuerno de Africa y Yemen.

8 migrantes muertos en la frontera de Irún.

27 personas muertas en el Canal de la Mancha.

10 personas muertas en la frontera Bielorrusia Polonia.

Datos insoportables de la OIM y sin embargo estas cifras no reflejan la realidad; hay cientos de casos de naufragios invisibles y desapariciones que documentan las ONG que están en contacto directo con  familiares y personas a bordo de las pateras y cayucos.

Quizá en el futuro nos pedirán cuentas, se escandalizarán y se preguntarán cómo pudimos dejar que esto ocurriera. Ojalá podamos decir que muchas gentes, muchas ciudadanas y ciudadanos nos opusimos a ser cómplices en esta barbarie y pusimos lo que estaba en nuestra mano para construir un mundo basado en los derechos para todas las personas y la acogida; ojalá podamos contar que cambiamos las políticas de nuestros gobiernos, que hicimos un mundo mejor para todas y todos.

Nosotras seguimos denunciando y trabajando por ello. Por eso el día 31 de diciembre, cómo en años anteriores, nos concentraremos en la Plaza Circular Bilbao a las 12 del mediodía.

ONGI ETORRI ERREFUXIATUAK BIZKAIA