El 9 de noviembre, se conmemora el Día Internacional contra los Muros. Un día para recordar y denunciar que actualmente hay más de 60 muros a lo largo de las fronteras o en territorios ocupados en todo el mundo y que líderes políticos en todas partes están pidiendo más. Además de las estructuras físicas, algunos países han militarizado sus fronteras mediante el despliegue de tropas, barcos, aviones, drones y vigilancia digital, patrullando tierra, mar y aire. Y no solo las fronteras, también algunos territorios y periferias de grandes ciudades se han visto sometidas a medidas de control social.
Eso nos hace constatar que vivimos en un mundo amurallado. Y mientras construimos estas fortalezas, también estamos segregando a las personas, protegiendo los privilegios y el poder de unas y negando los derechos humanos y la dignidad de otras personas. Lo vimos este año en Atxuri, en la respuesta que dio el Ayuntamiento de Bilbao a la solidaridad vecinal con las personas migradas cerrando con vallas las canchas del barrio donde desde hacía meses un grupo de jóvenes norteafricanos pasaban las noches; y lo vemos cada día en Palestina, donde el Estado israelí lleva construyendo desde 2002 varios muros y vallas en Territorio Ocupado Palestino, que ya tienen más de 700 km y separa pueblos, familias y tierras palestinas.
Mientras que los muros y las vallas a menudo están construidos por empresas de construcción locales, a veces incluso por las propias fuerzas militares o de seguridad, todo el equipo de acompañamiento, tecnologías y servicios proporcionan una larga lista de oportunidades de beneficios para la industria militar y de seguridad. El informe ‘El Negocio de Construir Muros’ del Centro Delás, identificó a las grandes empresas europeas de armas Airbus, Leonardo y Thales como algunos de los mayores proveedores de tecnología y equipamiento militar que acompañan a los muros y vallas.
Así mismo, empresas israelíes como Elbit y Magal Security son actores globales notablemente importantes en la construcción y el mantenimiento de muros, a menudo promoviendo su trabajo a nivel internacional al señalar su participación ‘probada sobre el terreno’ contra la población palestina.
Pero no solo empresas israelíes. En casa tenemos empresas que contribuyen a la creación de muros y fronteras físicas racistas y colonizadoras. En este sentido no podemos olvidar a la empresa ferroviaria vasca CAF, con sede en Beasain y de la que el Gobierno Vasco es participe. Esta empresa, no contenta con construir una línea de tranvía en territorio ocupado palestino, sigue apostando por construir más líneas e infraestructuras que, aunque venden como mejoras en la comunicación de la población, hacen la función de muros y ahondan en la segregación racial que el Estado se Israel tiene como proyecto angular. Es por eso que no podemos obviar, que CAF es una de las más importantes representaciones vascas en el proyecto de apartheid y genocidio del Estado de Israel.
Por otro lado, detrás del aumento de los muros y la industria de seguridad se esconde una narrativa poderosa y manipuladora que se ha vuelto hegemónica. Esta narrativa utiliza el lenguaje del miedo, distrae a la gente de las causas reales y alimenta los discursos y delitos de odio.
Por eso, en el Día contra los Muros, Bizkaiko SOS Arrazakeria, Ongi Etorri Errefuxiatuak y BDS Bizkaia, unimos nuestras luchas para exigir la destrucción de todos los muros y vallas, físicas y mentales, que existen en nuestro planeta, y el respeto a la libre determinación de los pueblos y las personas para decidir su futuro y garantizar una vida digna.
Gora munduko herri askeak! Apurtu ditzagun harresi guztiak!
ONGI ETORRI ERREFUXIATUAK