Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba se desmarca de la polémica actual “modelo vasco – modelo estatal” de acogida, y reivindica 5 medidas necesarias para que un centro de acogida integral y digna para personas refugiadas en Gasteiz se alinee con la cobertura de otras necesidades sociales en la ciudad y genere convivencia intercultural en los barrios.

Centro sí, pero con condiciones

Han pasado más de 7 años desde que, en 2015, quienes vivimos en Vitoria-Gasteiz salimos a la calle para clamar que somos una ciudad refugio. Aquella fotografía de Aylan Kurdi, el niño sirio ahogado, nos conmovió.

En estos años, nos han seguido conmoviendo imágenes de personas refugiadas huyendo de Siria, Afganistán, Ucrania y otros países.

RESPUESTA DEFICIENTE. Sin embargo, conmovernos no es suficiente. La respuesta institucional de nuestra ciudad a las necesidades de acogimiento de estas personas refugiadas ha dejado bastante que desear en estos años (sobre todo si dejamos a un lado la acogida excepcional a las personas ucranianas). De hecho:

  • Vitoria-Gasteiz no ha respondido al aumento de personas refugiadas llegadas a la ciudad (en 2015, 14 personas solicitaron asilo en Gasteiz; en 2022, 1.044). Desde 2015 no se han ampliado las plazas en los recursos habitacionales de urgencia. Por el contrario, a quienes han llegado a las puertas del SMUS (Servicio Municipal de Urgencias Sociales) pidiendo un lugar en el que alojarse, se les ha ofrecido 8€ para un billete de autobús, para irse a otra ciudad.
  • Tampoco entendemos a qué se refiere el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz cuando menciona su “modelo municipal de acogida”. ¿Existe un modelo municipal de acogida? ¿Cuántos pisos de acogida a solicitantes de asilo ha puesto a disposición el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz en estos años? ¿Qué centros pequeños ha habilitado y con cuántas plazas? Solicitamos cifras concretas, que den cuenta de esta política municipal en materia de refugio en estos años.

MÁS PLAZAS Y UN MODELO DE ACOGIDA INTEGRAL Y DIGNO. En este contexto de

inacción y de insuficientes plazas, Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba vuelve a recordar a las instituciones la necesidad urgente de habilitar plazas habitacionales de acogida para las personas solicitantes de protección internacional que llegan a la ciudad (refugiadas, denegadas de asilo, apátridas, en tránsito…).

Estas plazas han de formar parte de un modelo de acogida integral y digno (reivindicación que alejamos del debate vacuo entre modelo vasco o modelo estatal al que estamos asistiendo estos días). Por “integral” entendemos lo siguiente:

  • Que proporcione a las personas refugiadas el lugar seguro para vivir que necesitan (en unos casos, centros; en otros casos, viviendas); el apoyo de profesionales de diferentes ámbitos (psicológico, jurídico, lingüístico, laboral…); y una nueva vida en un barrio, un pueblo o una ciudad, que les acoja y les acompañe.
  • Que articule procedimientos, normas y leyes para que las personas refugiadas puedan desarrollar en ese lugar su vida digna, con autonomía y con acceso a sus derechos (a la sanidad, a la educación, a Lanbide, a la regularidad administrativa…).
  • Que plantee una intervención social desde lo comunitario, teniendo en cuenta las necesidades de la población del barrio en el que se integran, y que evite la confrontación entre personas residentes y personas recién.

CENTRO SÍ, PERO CON CONDICIONES. En este marco de modelo de acogida integral, desde Ongi Etorri Errefuxiatuak Araba consideraríamos oportuna la apertura de un centro para personas refugiadas en Gasteiz, siempre y cuando venga acompañado de todas las siguientes medidas:

  1. Que el centro no se abra en solitario, sino como parte de un conjunto de recursos habitacionales (albergues, centros pequeños, pisos…) habilitados en la ciudad para las personas refugiadas según sean sus perfiles y necesidades (recordemos que hay solicitantes que pueden necesitar seguimiento profesional de 24 horas, y otras personas para quienes vivir en un piso es la mejor opción).
  2. Que su ubicación se decida según un plan general de reutilización de inmuebles de titularidad pública hoy vacíos o infrautilizados (Betoño, Palacio Escoriaza, Colegio Ignacio Aldecoa, Gobierno Militar…) para dar respuesta a otras necesidades sociales: personas de tercera edad con dependencia severa, personas en tránsito o situación de calle, jóvenes…
  3. Que su apertura se apruebe junto a un plan operativo municipal y plurianual que destine y organice recursos educativos, sanitarios y sociales para sus residentes. ¿A qué colegio asistirán, en el caso de ser familias con menores? ¿Qué vías de empadronamiento se activarán? ¿Cómo se gestionarán los procedimientos administrativos referentes a la petición de asilo? ¿Qué regulación del mercado de vivienda de alquiler se promoverá para dar respuesta a las necesidades de vivienda de las personas cuando salgan del centro?
  4. Que se acompañe de un programa de intervención comunitaria en el barrio (en Arana o en el barrio en el que se vaya a ubicar), diseñado por la comunidad y con financiación plurianual, centrado en la promoción de la convivencia intercultural. Este programa tendrá en cuenta las necesidades de la población del barrio y evitará la confrontación entre migrantes y personas mayores. Ambos colectivos tienen necesidades específicas a las que se puede dar respuesta, si hay voluntad política
  5. Que, una vez abierto el centro, se gestione en coordinación con mesas de diálogo participadas por asociaciones de vecinos y vecinas, instituciones, colegios, centro de salud…

NO A LOS DISCURSOS ALARMISTAS; SÍ A LAS POLITICAS PARA PROTEGER LA VIDA Y EL BIENESTAR DE LAS PERSONAS. Entretanto:

Pedimos a los partidos políticos que no enfanguen el debate buscando réditos electorales. Decimos no al lenguaje incendiario que promueva los clichés caducos o estereotipos que generan miedo (un centro no tiene por qué ser una hilera de barracones con literas).

Instamos a las y los representantes políticos a que no infundan miedo en la población con discursos alarmistas. En Gasteiz hay recursos habitacionales de gran tamaño (por ejemplo, la Residencia Universitaria del Campus de Álava Tomás Alfaro Fournier cuenta con 220 plazas) que no han generado polémica. No hablemos de macrocentros.

Demandamos honestidad a todos los agentes sociales a la hora de hablar de modelos de acogida: el llamado modelo vasco de acogida dispone de centros como Oñati (11.500 habitantes) con una capacidad para 80-100 plazas, que ha sido integrado en la realidad cotidiana del pueblo sin conflictividad.

Aplaudimos a los barrios de Arana, Judimendi, Santa Lucía, Aranbizkarra por su capacidad de acogida demostrada todos estos años y les pedimos que no se dejen tildar de barrios racistas o xenófobos. Su población es madura, entrada en edad (40% mayores de 65 años), y sus reticencias a un centro para personas refugiadas solo tienen que ver con que el centro no se vaya a destinar a ser un centro para personas mayores, como llevan años demandando. Les solicitamos mesura y reflexión crítica, además de contundencia ante quienes quieren sembrar el miedo en los barrios.

Urgimos a los diferentes agentes políticos, sindicales y sociales de Euskal Herria a abrir un marco de debate y diseño de políticas con que responder de forma integral a las personas que, por los motivos que sean, llegan a este territorio en busca de seguridad y una vida que merezca la pena ser vivida. Solo entonces podremos decir que Euskal Herria es realmente un pueblo de acogida, que implementa políticas para proteger la vida y el bienestar de las personas, de los pueblos y de los bienes de la naturaleza, poniendo los cuidados y la vida de todas en el centro.

Exigimos que se respeten las disposiciones del Derecho Internacional, en particular el Convenio de Ginebra relativo a las personas refugiadas, y que se actualicen los supuestos por los que una persona puede ser sujeto de refugio. Amparando, así, a todas aquellas personas obligadas a abandonar sus lugares de origen a causa de nuestro actual modelo extractivista, depredador y ecocida.