La regresiva fiscalidad en la CAPV determina los presupuestos

141219 HITZ BERRIAK KONTU ZAHARRAKHablar de los presupuestos de gasto que presenta una administración, en este caso el Gobierno Vasco, sin entrar a hablar de los presupuestos de ingresos, fiscalidad, sería hacernos trampa en el solitario.

La presión fiscal tanto en el Comunidad Autónoma del País Vasco, así como en Hego Euskal Herria, lleva décadas estando a la cola de la fiscalidad en la Unión Europea, sólo en la CAPV existe un déficit de unos 6.000 millones de euros para llegar a la media europea. Se trata de dinero que le “perdonamos” a las grandes fortunas y a las empresas o bien, dinero que se marcha por el sumidero del injusto gasto fiscal (deducciones,…). Si a eso le unimos el acatamiento de la regla de oro del déficit público impuesta por Madrid, encontramos que se renuncian a otros 200 millones extra para garantizar el gasto social.

Este tipo de políticas aplicadas por las diputaciones y el gobierno nos sitúan en un escenario en el que los presupuestos públicos han ido perdiendo peso específico en relación al global de la economía. Si en el año 2009 por cada 100 euros de riqueza se destinaban 15,5 a gasto público en la CAPV, este años 2015 se destinarán tan sólo 15 euros (en global significan 328 millones que se dejan de gastar en comparación con aquel año).

La gestión de la crisis nos ha llevado a una fiscalidad y a unas políticas presupuestarios aún más injustas de lo que ya lo eran antes de el estallido de la “burbuja”.

Mucha deuda y mucho TAV, poco gasto social

Hechas estas consideraciones, entramos a valorar cuánto y en qué va a gastar el Gobierno Vasco, y por una vez, no hablaremos de recortes. Ciertamente hay dos partidas en las que el gobierno de Urkullu (y antes el de Patxi López) no han ahorrado ni un solo euro.

El dinero destinado al pago de la deuda que ha pasado de los 84 millones de 2009 a los 990 millones de 2015. Ahora dedicamos 10 veces más dinero a engordar las cuentas de resultados de la banca especulativa que al inicio de la crisis. Dirán que este gasto ha sido necesario para hacer frente a la crisis, pero lo que no nos cuentan es que si nuestra fiscalidad hubiese estado homologada a la europea, con esos 6.000 millones de euros anuales extra, no hubiera hecho falta ningún tipo de endeudamiento para capear el temporal.

Hay otro gasto al que al gobierno no le cuesta dedicar el dinero de todas. Si en año 2009 se dedicaron 72 millones de euros a financiar el TAV, este año se destinarán 350 millones. En estos años se han gastado casi 2.000 millones de euros en financiar un obra que aún nadie nos ha sabido explicar para lo que servirá.

Gastado nuestro dinero en engordar cuentas de amigos y en comprar caros juguetitos, nos toca repartir el resto en tapar lo agujeros. Así, el porcentaje de dinero respecto al total del presupuesto destinado a las grandes partidas sociales como son sanidad y educación descienden ligeramente con respecto al año 2014. Así, para situarnos en la media de gasto de la OCDE el Gobierno Vasco debería destinar cerca de 2.200 millones más a ambas. En el caso de la educación pública hasta el gobierno de Rajoy destina un porcentaje mayor en relación al PIB en educación que el Sr. Urkullu. De esta manera, a pesar de lo que diga el PNV, no se va a poner freno ni a la pérdida de calidad de los servicios públicos esenciales, ni a la pérdida de empleo y de condiciones laborales en esos sectores.

De la misma manera, el Gobierno Vasco mantiene las misma política de recortes en las prestaciones sociales que inició Patxi López; es más, al recorte del 7% en las cuantías de la RGI y la PCV y la exclusión de miles de personas de la protección social, el gabinete Urkullu le suma la política de los recortes cotidianos que aplica a través de Lanbide de manera alegal. Si a pesar del empeoramiento de las condiciones sociales el gobierno vasco responde con una congelación del gasto destinado a RGI y PCV, en el caso de las AES sólo se asegura una cuantía que cubre el gasto durante los 6 primeros meses del año.

En la misma línea el Gobierno Vasco sigue, en 2015, sin habilitar los recursos necesarios para desatascar la penosa situación de las ayudas para la conciliación familiar. Venden un incremento hasta los 30 millones de euros, que sólo servirá para hacer frente a todas las obligaciones de pago no efectuadas en 2014.

Se podría hablar, también, de la práctica desaparición de la política de vivienda pública de los presupuestos, del paso atrás dado en cooperación al desarrollo, del pobre desarrollo de los servicios sociales o del nulo compromiso con las políticas de igualdadde género y contra la violencia de género.

En el marco de una política fiscal e insuficiente sostenida por las Diputaciones Forales de la CAPV, el Gobierno Vasco sigue apostando por un presupuesto que tiene mucho de maquillaje y muy poco de social.

Otras fiscalidad y otros presupuestos para otra sociedad

Las unas y los otros tratan de convencer a la sociedad de que se hace todo lo que se puede, de que son malos tiempos,… Frente a ello seguimos reivindicando que en el centro de la política y del gasto público debemos estar las personas. Hay que redistribuir un mayor porcentaje de la riqueza existente en nuestra sociedad en evitar la pobreza y la exclusión social, en garantizar una potentes políticas contra el machismo y la violencia derivada del mismo. Nos tenemos que homologar con los países más avanzados de Europa en cuanto a sanidad y educación públicas; tenemos que hacer una transición de nuestro tejido productivo hacia una economía respetuosa con el medio ambiente…. En definitiva, tenemos que dar un giro de 180 grados en las políticas fiscales y presupuestarias.