Hace años que desde STEILAS venimos denunciando los problemas estructurales que amenazan a nuestro sistema educativo. Hemos reiterado en numerosas ocasiones que el actual sistema público-privado es un instrumento de estratificación y segregación de nuestra sociedad. Aunque no hemos sido las únicas que hemos dado a conocer esta realidad, varias instituciones como UPV, Save The Children, Pisa o el Consejo Escolar de Euskadi también han informado de esta situación. Esta realidad es innegable y sus consecuencias en ocasiones generan conflictos palpables tanto en barrios como en pueblos.

Hemos de decir, que el pasado septiembre, el comienzo de curso en los centros fue muy difícil debido a las reorganizaciones y errores del propio Departamento de Educación. Además de eso, la Negociación Colectiva y, por tanto, el futuro inmediato de los centros ha quedado totalmente paralizada. Aún así el Departamento de Educación hizo caso omiso de aquello que es su responsabilidad y prefirió dedicarse a hacer declaraciones sobre temas que parecen ser más urgentes.

El propio lehendakari informó de que su objetivo es un pacto educativo para 2022 y para ello parece haber encontrado compañero de viaje, ya que EHBildu confirmó en el mismo momento la necesidad de un acuerdo educativo, lo cual dio a conocer a través de su propuesta para educación. Curiosamente, el lehendakari ha aseguró que el acuerdo llegará en 2022, aunque en principio el proceso de reflexión todavía no se ha iniciado. En cualquier caso, ambos han dado algunas pinceladas de lo que será la base de este posible acuerdo en medios de comunicación: la descentralización, la importancia del ayuntamiento, la autonomía de los centros y el mantener el sistema dual de titularidad (pública y privada) parecen ser las claves.

Así las cosas, en STEILAS estamos enormemente preocupadas ya que no creemos que estas medidas sirvan para solucionar la situación actual, sino para legitimar y perpetuar los problemas que tenemos. Entendiendo que el sistema educativo actual es rehén de las lógicas de mercado, es incomprensible que se quiera profundizar en la descentralización con la excusa de la autonomía. Si no transformamos el sistema dual actual la descentralización sólo agravará uno de los mayores problemas que tenemos; la desigualdad en las formas de hacer de ambas redes educativas, en los procesos de admisión del alumnado, en las ratios, en las infraestructuras, en los servicios educativos que se ofrecen, etc.

Esta diferenciación, tanto en lo que respecta a obligaciones como en lo que implica, por ejemplo, procesos de admisión de los centros educativos, genera una jerarquización social que tiene reflejo en la vida cotidiana de la sociedad vasca y que se vive de forma muy conflictiva, tanto en los pueblos como en los medios de comunicación. Pero necesitamos soluciones más allá del conflicto. Es evidente que el sistema educativo que tenemos hoy en día recrea desigualdades sociales bien arraigadas en la sociedad, y si queremos solucionarlo nos llevará un tiempo, no se puede resolver de un día para otro una situación fruto de décadas de decisiones políticas. Por lo tanto, aunque el lehendakari haya dicho CUÁNDO, a nosotras nos interesa CÓMO.

Si tenemos que emprender el camino hacia un acuerdo que condicionará el futuro de nuestra educación, este proceso deberá ser necesariamente participativo y deberá incluir, más allá de los partidos políticos, también a la comunidad educativa. El proceso deberá alejarse de las prisas y de los intereses políticos para que la participación y el fruto sean reales. Y sin lugar a dudas, si queremos solucionar el conflicto de hoy, habrá que acabar con el sistema educativo público-privado que tenemos, es decir, con la política universal de concertación.

Desde STEILAS tenemos claro que para que la educación sea un instrumento de cohesión social debemos caminar hacia una red única, el servicio público. Por lo tanto, reiteramos hoy aquí nuestra apuesta por una publificación progresiva del sistema educativo y hacemos un llamamiento a la comunidad educativa y a los partidos políticos para que trabajen con nosotras en ese camino.