Hoy se cumplen 45 años de la masacre del 3 de marzo y es hoy cuando más sentido cobra el lema “la vida en el centro”.

Hace 45 años que el régimen franquista arrebató la vida de 5 trabajadores que buscaban un cambio social, político y laboral. Pedro María, Francisco, Romualdo, José y Bienvenido. 45 años más tarde, esa lucha persiste, este pueblo no ha dejado ni un solo día de organizarse ni de luchar contra esta pandemia mundial llamada “capitalismo”.

El capitalismo heteropatriarcal se ceba con las personas más vulnerables . La pobreza en Euskal Herria ha aumentado significativamente desde el 2008, hoy en día más de 50.000 personas afrontan la crisis en situación de pobreza.

Siguen cerrando las fronteras a quien solo busca una vida mejor, mientras que las abrimos para que circulen todo tipo de bienes materiales. La catástrofe climática se agudiza, cada vez son más las que se ven obligadas a migrar a cuenta del cambio climático, fenómeno que generamos los países del norte y que sufren, sobre todo, los países del sur.

La violencia machista no cesa, es estructural. Es una de las maneras que el sistema patriarcal tiene de mantenernos a las mujeres y personas disidentes de la norma sexo genérica en el lugar de subordinación que nos quiere asignar. La brecha salarial de genero es otra herramienta del sistema que cumple varias funciones: desvalorizar los trabajos realizados por las mujeres, imponer jornadas parciales y contratos temporales a las mujeres como si nuestros sueldos fueran secundarios, expulsarnos del mercado laboral para que asumamos las tareas de cuidados…

Esta pandemia nos ha dejado claro lo poco que cuida el sistema a nuestras cuidadoras. Ha salido a la palestra lo que durante mucho tiempo venía denunciando el movimiento feminista. En este sistema vale más un tornillo que cuidar a la gente. No se le reconoce ningún valor a la labor de cuidados, labor que recae principalmente en las mujeres, y de forma más evidente , mujeres migradas. Mujeres con escasos o ningún derecho laboral. Por todo esto, queremos resaltar la huelga de cuidados que tuvo lugar el 26 de enero y que tendrá lugar durante el día de mañana. Es una huelga que busca visibilizar la labor de cuidados y la precariedad a las que les abocan las que la llevan a cabo. Exigimos un sistema público de cuidados, para que su gestión no caiga en manos privadas, a veces incluso, en fondos buitre. En el ámbito educativo, las compañeras de Haurreskolak Partzuergoa, colectivo feminizado, también están en huelga defendiendo sus derechos laborales y un sistema público libre de privatización. Estas huelga busca poner la vida en el centro, ya que todas, absolutamente todas las personas, necesitamos ser cuidadas en algún momento de nuestra vida, porque somos interdependientes y ecodependienes. Si algo es esencial, eso es el cuidado.

La crisis sanitaria sigue mostrando su lado más feroz. Si la Comunidad Autónoma Vasca fuese un estado, sería el estado con más muertes del mundo. Como estos meses hemos podido ver, ser priman los intereses económicos y el consumismo, sobre la salud de las personas.

Por ello, ahora más que nunca necesitamos estar juntas, necesitamos una lucha colectiva que confronte a las empresas que desean aprovecharse de la coyuntura para precarizar a la clase trabajadora, realizando recortes estructurales y vulnerando derechos básicos. Por todo esto, ahora más que nunca, necesitamos luchar por un servicio público de calidad, reivindicar unas pensiones dignas y unas condiciones laborales decentes. Ahora más que nunca debemos de poner la vida en centro.

Somos las hijas y nietas de las personas que lucharon ese 3 de marzo de 1976, somos el legado de las huelgistas de aquella falsa transición, y es ese legado el que nos tiene que empujar a seguir luchando contra la precarización, recortes, contaminación y criminalización de la juventud, la lucha de hoy son los lograos para generaciones futuras.

No podemos finalizar este acto sin acordarnos de ellos y ellas , de las personas que estuvieron y siguen estando en pie de lucha desde el principio, personas como Jesús Fernández Naves o como las sanitarias que hace 45 años estuvieron tanto curando como cuidando personas heridas y hoy día lo siguen haciendo reivindicando una sanidad publica, como los miles de huelguistas que llenaron las calles ese fatídico 3 de marzo, como aquella clase trabajadora que mostró su solidaridad y denunció las atrocidades de un estado con las manos manchadas de sangre. Somos memoria, somos las hijas, hijos, nietas y nietos de aquel legado antifascista.

GORA MARTXOAK 3!

GORA BORROKA FEMINISTA!

GORA LANGILEON BORROKA!